Castro Castillo acudió primero al sepelio de Nilo Pérez Jáquez, sargento de la Policía nacional, en el Cementerio Cristo Salvador, en Cristo Rey.
Estando allí, el Jefe de la Policía aseguró a los familiares del occiso que el hecho no quedará impune y que se continúan las investigaciones para esclarecer las circunstancias en que el sargento Homero Marcial Polanco, de la Armada Dominicana, cometió el hecho.
Además, Castro Castillo leyó unas palabras en las que expresó que "nos encienden ríos de coraje contra indeseables que desafían a la Policía Nacional” y advirtió que esa entidad nunca será intimidada ni arrodillada ante individuos que se han dado la tarea de asesinar agentes policiales.
De su parte, los parientes de Pérez Jáquez calificaron a su ser querido como un hombre honrado, sencillo, trabajador, generoso y que no tenía problemas con nadie.
Luego del entierro del sargento, el Jefe de la Policía Nacional partió a la funeraria Gresefu, en Invivienda, para dar el pésame a los familiares del raso Jefri Morillo Lachapelle, quien también falleció a causa de disparos propinados por el sargento de la Armada Dominicana Homero Marcial Polanco, quien alegó que estaba borracho.
Según indicó Manuel Castro Castillo, el hecho fue cometido cuando los agentes de la Policía patrullaban en la avenida Estados Unidos, en el Parque Mirador Este.
El presidente Danilo Medina ascendió al sargento Nilo Pérez Jáquez a segundo teniente y al raso Jefri Morillo Lachapelle a cabo.
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