El presidente de Ecuador, Rafael Correa, decretó hoy tres días de duelo nacional por las muertes en la crisis que estalló ayer, tras las protestas de policías de tropa en rechazo a la eliminación de incentivos profesionales, al tiempo que se anunció el nombramiento del nuevo comandante general de la Policía.
El ministro del Interior, Gustavo Jalkh, señaló que el general Patricio Franco fue designado en reemplazo de Freddy Martínez en el cargo de comandante general de la Policía.
En una comparecencia ante la prensa, Jalkh dijo que en los enfrentamientos de ayer murieron un policía, un militar y un civil.
Sin embargo, el ministro de asuntos exteriores, Ricardo Patiño, dijo que puede haber un fallecido más.
"Entiendo que hay como 27 heridos y parece que hubiera cuatro muertos, lo cual es muy lamentable", dijo a la prensa Patiño, tras reunirse con el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza.
Jalkh, quien no proporcionó la identidad del otro militar fallecido, señaló que tienen reportes de una posible segunda muerte en las filas policiales: "esperamos que no nos confirmen aquello", dijo.
Hasta ahora el Gobierno sólo había confirmado la muerte del policía del Grupo de Intervención y Rescate (GIR) Froilan Jiménez y del estudiante universitario Juan Pablo Bolaños.
Correa, "totalmente, profundamente conmovido por estos hechos, ha decretado tres días de duelo nacional, que esto nos lleve a todos a la reflexión, estos hechos no pueden volver a ocurrir", señaló el ministro, al apuntar que el asunto "no quedará en la impunidad".
En la comparecencia ante la prensa, en la que no se permitieron preguntas, Franco, el nuevo jefe de la policía, pidió al pueblo "que confíe" en los policías, un requerimiento que repitió Jalkh, quien aseguró que la revuelta de ayer la protagonizó "un puñado de insensatos, desquiciados, que actuaron de manera violenta".
Aseveró que durante esa jornada se vivieron "horas oscuras" en la institución policial, en la que se harán depuraciones "con justicia" y no con "purgas ni actos de persecución".
Al relatar los sucesos de ayer, cuando el jefe de Estado quedó atrapado en un hospital tras la protesta de policías de tropa, Jalkh señaló que en las manifestaciones había "infiltrados" vestidos de policía que manipulaban a la gente.
Reiteró que la integridad del jefe de Estado estaba en peligro por lo que idearon mecanismos para rescatarlo.
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