QUITO, Ecuador.- Normalidad relativa en Ecuador tras la insubordinación policial que, según ha manifestado el presidente, Rafael Correa, buscaba causar "una guerra civil". "Hay calma en el país y calma en los cuarteles de policía", ha declarado el ministro de Interior, Gustavo Jalkh a los medios ecuatorianos. El país se encuentra bajo estado de excepción y los militares vigilan las calles de las principales ciudades.
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, ha acusado a la oposición de intentar derrocarle con un golpe de Estado y ha confirmado que está estudiando la posibilidad de disolver el Parlamento en medio de protestas policiales.
El mandatario ha dicho que los manifestantes, a los que ha acusado de traición y conspiración, intentaron agredirlo y necesitó de atención médica. Un grupo de soldados ha tomado el control del principal aeropuerto de Quito y cientos de policías están protestando en las calles mientras el presidente estudia disolver el Congreso por el bloqueo a una ley de austeridad que alcanza a las fuerzas de seguridad.
El canciller ecuatoriano, Ricardo Patiño, que ayer en mitad del caos desatado en las calles tuvo que ser ingresado por una herida en la cabeza, ha advertido de que el Gobierno no está tranquilo ante la posibilidad de una repetición de lo que el presidente del país, Rafael Correa, retenido ayer durante 11 horas, reitera como un intento de golpe de Estado.
"No puedo decir que estemos totalmente tranquilos porque mucha gente que estuvo ayer movilizada posiblemente lo siga estando y puede querer reproducir lo ocurrido", ha argumentado Patiño en un comunicado del que se hizo eco el canal latinoamericano Telesur .
El ministro ha agradecido, asimismo, el apoyo de la comunidad internacional al Gobierno Nacional, destacando la convocatoria inmediata por los dignatarios de los países "hermanos" de Unasur, quienes se reunieron de urgencia en Buenos Aires. "Esto nunca ha pasado, una cosa es que se reúnan los organismos de las Naciones Unidas, la Organización de Estados Americanos y los organismos permanentes, pero que los presidentes se autoconvoquen es realmente un gesto de mucho respeto y apoyo al Gobierno Nacional", afirmó.
Tanto los cancilleres de Unasur como el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza , han viajado a Quito para trasladar su apoyo al presidente, Rafael Correa, y preocuparse por su estado físico.
Tras un encuentro mantenido con Ricardo Patiño, Insulza ha manifestado que el de ayer "fue un día triste para los demócratas, pero hoy estamos contentos porque todo el continente ha defendido la democracia ecuatoriana y todos hemos entregado el respaldo a la entereza del Presidente Correa".
Tres policías detenidos
La Policía ecuatoriana ha arrestado a tres coroneles de la Policía Nacional acusados de una presunta tentativa de asesinato contra el presidente Correa, según ha informado la Fiscalía de Pichincha. Según el portal informativo ecuatoriano EcuadorInmediato , los detenidos han sido identificados como los coroneles Julio Cueva, Edwin Marcelo Echevarría y José Ribadeneira, pertenecientes todos ellos al Regimiento Quito 1 del cuerpo de Policía.
Todos ellos deberán comparecer ante un juez, que tendrá que decidir si los mantiene o no en la prisión.
El Gobierno eleva a ocho los fallecidos
El ministro de Interior ecuatoriano, Gustavo Jalkh, ha elevado a ocho el número de fallecidos durante la sublevación. En el caso de la capital ecuatoriana, resultaron dos policías muertos y un joven estudiante de 24 años, Juan Pablo Bolaños, quien se manifestaba en las inmediaciones del Hospital policial donde estaba el presidente del país. Aparentemente, Bolaños, fue sorprendido por el tiroteo que enfrentó a militares y policías. El comunicado detalla que los otros muertos son Froilan Jiménez, de 28 años, y Edwin Efren, de 29 años.
Todos los muertos en Quito fueron por impacto de bala, mientras que en Guayaquil las cinco víctimas fueron civiles y fruto de los disturbios que se produjeron a raíz de la sublevación.
Entre los muertos en la ciudad costera se encuentra un menor, Franklin Romero, de 17 años, Quimin Contreras, de 26 años, Augusto Angulo, de 32 años, Jácome Paredes, de 40 años, y Grueso Tenorio, del cual no se especificó su edad. El Gobierno de Correa ya ha decretado tres días de luto por los fallecidos.
Asimismo, el número de heridos se eleva a los 274, de los cuales la gran mayoría, 200, se concentran en Quito, 28 en Guayaquil y 46 en otras provincias. De estos, 191 son heridos leves, 58 están hospitalizados, pero estables, mientras que 25 estarán en estado crítico, según especificó el ministerio.
Patricio Franco, nuevo comandante general de la Policía
La primera víctima política de la sublevación ha sido la del jefe de la Policía Nacional, Freddy Martínez. Pese a que la cúpula de Policía y Ejército anunciaron su inequívoco respaldo a Correa, Martínez se ha visto obligado a dimitir con un discurso en el que, con lágrimas en los ojos, ha pedido a Correa que revise en cualquier caso la ley por la que se inició la protesta. Se va, ha dicho, porque "un comandante irrespetado, maltratado y agredido por sus subalternos no puede quedarse al frente de ellos".
En su despedida también ha abonado la tesis de que había intereses más allá de los policiales en los incidentes: "Me temo que posiblemente hubo infiltración de gente interesada en desestabilizar a la Policía y ahí encontramos a seudopolicías con la cara cubierta, escondiéndose en el anonimato".
El ministro del Interior ecuatoriano ha informado de que se ha designado al general Patricio Franco como sustituto de Martínez en el cargo de comandante general de la Policía. Además, una fuente policial asegura que el Ejecutivo ha sustituido a toda la cúpula de la Policía del país, de la que habrían salido seis generales.
El ministro de Seguridad de Ecuador, Miguel Carvajal, ha expresado que pese a que el país "está regresando a la normalidad", mantendrá el estado de excepción como una medida cautelar para que no se vuelvan a repetir otros intentos de golpes de Estado. "No vamos a levantar la medida porque no podemos ponernos en riesgo. Las Fuerzas Armadas estarán actuando conjuntamente con la policía hasta que la situación se normalice plenamente", puntualizó.
Asimismo, resaltó que el Gobierno "continuará apoyando" a la gran mayoría de los policías nacionales, quienes son "gente honrada y profesional", si bien remarcó que se tiene que llegar a una "depuración" de la Policía Nacional, algo a lo que ya había aludido ayer el presidente Correa .
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