QUITO, Ecuador.- El presidente de Ecuador, Rafael Correa, ha decretado tres días de duelo nacional por la muerte de al cuatro menos personas en la crisis que estalló el jueves, tras las protestas de un grupo de policías que rechazaban la eliminación de incentivos profesionales, informó el ministro del Interior, Gustavo Jalkh. "Cuatro personas han perecido en esta violencia absurda, fomentada por un puñado de insensatos", dijo el ministro a la agencia pública Andes.
Jalkk señaló, además, que se ha designado al general Patricio Franco en reemplazo de Freddy Martínez en el cargo de comandante general de la Policía.
El ministro de Salud, David Chiriboga, de otro lado, dijo que unas 193 personas resultaron heridas, de las cuales unas 22 se encuentran en estado de gravedad.
El Gobierno declaró tres días de luto nacional por las personas que perecieron en la dura jornada.
Correa, "totalmente, profundamente conmovido por estos hechos, ha decretado tres días de duelo nacional, que esto nos lleve a todos a la reflexión, estos hechos no pueden volver a ocurrir", ha señalado el ministro de Interior, al reiterar que el asunto "no quedará en la impunidad".
Confianza en la Policía
Policías y militares se enfrentaron en un tiroteo que fue transmitido en vivo por canales de televisión privados durante un operativo militar para rescatar al presidente Correa del centro de salud de la Policía.
El mandatario quedó retenido en el lugar tras ser abucheado por manifestantes, quienes le lanzaron gases lacrimógenos después de intentar mediar por una solución al conflicto en un cuartel tomado por los sublevados.
En una comparecencia ante la prensa, en la que no se permitieron preguntas, Franco, el nuevo jefe de la policía, ha pedido al pueblo "que confíe" en los policías, un requerimiento que repitió Jalkh, quien aseguró que la revuelta del jueves la protagonizó "un puñado de insensatos, desquiciados, que actuaron de manera violenta".
El ministro también aseveró que durante esa jornada se vivieron "horas oscuras" en la institución policial, en la que se harán depuraciones "con justicia" y no con "purgas ni actos de persecución".
Al relatar los sucesos, Jalkh ha señalado que en las manifestaciones había "infiltrados" vestidos de policía que manipulaban a la gente y ha reiterado que la integridad del jefe de Estado estaba en peligrom por lo que idearon mecanismos para rescatarlo.
Para Jalkh, las personas que acudieron a respaldar a Correa a las afueras del hospital o sus cercanías, fueron "brutalmente" repelidos por un "grupo de desquiciados que utilizaron las armas" que debían usar para proteger al pueblo.
Confirmó que el auto en el que evacuaron a Correa "fue impactado reiteradas veces con disparos de fusil" lo que, a su criterio, demuestra que el levantamiento no era por reinvindicaciones ni alzas salariales.
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