He sufrido dolores en la vida, pero como este ninguno”, fue la expresión del dirigente izquierdista Narciso Isa Conde al contar las consecuencias de una patada que recibió en el costado derecho por parte de un teniente de la Policía Nacional mientras acompañaba a cientos de jóvenes en una manifestación.
Isa Conde narró que el viernes 23 de julio acompañó a más de 200 jóvenes que pretendían realizar una marcha pacífica hasta el Palacio de la Policía y fueron cercados en la Plaza de la Cultura. Al notar el panorama, se sentó en un escalón del Teatro Nacional y un agente de la uniformada lo sorprendió con una patada que le dejó tres costillas fracturadas.
“En el momento no pensé que el dolor era tan grave, pero al caer la noche comenzó la crisis que me llevó de emergencias al hospital y allá me dijeron que tenía una costilla rota. Al otro día me repetí la radiografía y se sumaron dos costillas más que estaban fracturadas”, contó Isa Conde en el programa Voces Propias.
“Es como si sintieras que te destrozan por dentro, es un dolor muy fuerte”, respondió Narciso a la pregunta de cómo se sentía actualmente. Agregó que debe tomarse dos pastillas, una cada 12 horas, para calmar el dolor que a su confesión “es insoportable”.
Adelantó que tanto él como los jóvenes que fueron golpeados por los agentes de la Policía tienen la intención de tomar acciones legales, ya que conservan fotografías del uniformado que lo golpeó y de las demás agreciones.
A su juicio, el golpe que le propiciaron no fue por casualidad, sino que fue una acción que obedeció a órdenes superiores porque el agente fue muy selectivo al golpearlo e ignorar las demás personas que en ese momento lo acompañaban.
Reveló que la Policía es asesorada por un conglomerado de oficiales colombianos, a los que señala como los autores de las torturas, secuestros y crímenes grotescos en su país.
“Lo peor es la educación que le dan a esos agentes. Los llenan de odio contra los civiles”, aseguró el dirigente izquierdista.
Agregó que los médicos le dijeron que su lesión tardaría entre 40 y 60 días para recuperarse, pero que eso no le quitaría fuerzas para luchar en contra de los que él mismo calificó como “bestias salvajes”.
La marcha tenía como intención recorrer algunas calles cercanas al Palacio de la Policía y llevar hasta ese lugar un documento en reclamo de una sociedad más justa y una reforma profunda dentro de ese estamento, pero esas intenciones no se concretizaron porque la marcha terminó en tragedia
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