NUEVA YORK.- El presidente Obama ha anunciado la puesta en marcha, por primera vez en Estados Unidos, de un Plan Global de Desarrollo para ayudar a combatir la pobreza mundial. Obama se ha desmarcado con la propuesta en el cierre de la conferencia sobre los Objetivos del Milenio que ha reunido a los representantes de 140 países en Nueva York durante los últimos tres días.
Hasta la fecha, la ayuda a la cooperación de Estados Unidos se encontraba diseminada en programas como la Iniciativa Global de la Salud o la promoción de la seguridad alimentaria, y se plasmaba principalmente en acuerdos bilaterales con países en vías de desarrollo.
El anuncio de Obama supone un 'volantazo' en la política seguida en la última década por el Gobierno norteamericano, que sigue sin embargo resistiéndose a la meta del 0,7% de ayuda a la cooperación fijada por los países europeos (el porcentaje norteamericano ronda el 0,2% de su PIB y es comparativamente uno de los más bajos de los países occidentales).
"Nuestra decisión tiene su raíz en el compromiso de América con la dignidad y el potencial del ser humano", ha dicho Obama. "Supone también una nueva manera de pensar que guiará nuestros esfuerzos de ayuda al desarrollo... Por decirlo de una manera simple: Estados Unidos cambiará el modo de hacer negocios".
Cambio de rumbo
"Las viejas maneras no son suficientes", agregó el presidente norteamericano, que rompió una lanza por un nuevo modelo que "posibilite cambios transformadores y permita a la gente asumir el control de su propio destino". "Al fin y al cabo,", dijo. "Ningún líder con suficiente orgullo en esta sala querría pedir ayuda".
"Los días en que vuestro desarrollo era dictado por los capitales extranjeros deben tocar a su fin", proclamó Obama en la Asamblea General de la ONU, como anticipo de su intervención del jueves que estará centrada en la política internacional.
El presidente norteamericano anticipó que trabajará a partir de ahora con "socios que estén dispuestos a liderar" en el nuevo modelo de cooperación internacional. Y mencionó unos cuantos que, en su opinión, están marcando el camino: Guatemala, Ruanda y Bagladesh (en el capítulo alimentario) y Nepal y Mali (en el frente sanitario).
Obama reconoció las dificultades creadas por la recesión económica, pero prometió trabajar por un desarrollo de "responsabilidad compartida y resultados concretos".
Sus palabras fueron recibidas con más escepticismo que esperanza, al igual que el mensaje final del secretario general de la ONU, Ban Kin Moon, que anunció el compromiso de 40.000 millones de dólares para salvar las vidas de 16 millones de mujeres y niños.
Todos coincidieron en destacar que la salud materna e infantil son los dos grandes puntos negros de los Objetivos del Milenio, por delante de la lucha contra el hambre, la pobreza extrema, la educación universal o el acceso al agua potable y al saneamiento.
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