Sídney (Australia).- Las autoridades de Nueva Zelanda declararon hoy el estado de emergencia en el sur del país tras el seísmo de 7,2 grados en la escala abierta de Richter, que causó una veintena de heridos e importantes daños en edificios aunque no se ha declarado el peligro de tsunami.
El temblor ocurrió de madrugada a 28,4 kilómetros de profundidad bajo el lecho marino, 31 kilómetros al noroeste de la ciudad de Christchurch, según el Servicio Geológico de Estados Unidos, que vigila la actividad sísmica mundial.
Dos personas se encuentran gravemente heridas y varios edificios han quedado destrozados por el temblor, que también ha dejado sin electricidad y agua a varias zonas de Christchuch, la segunda mayor ciudad del país y habitada por unas 380.000 personas, informó Radio Nueva Zelanda.
Según un portavoz de los Servicios de Emergencia, cerca de veinte personas fueron atendidas en distintos centros hospitalarios por heridas leves y contusiones causadas por la caída de cascotes.
Tras el primer temblor se sucedieron varias réplicas, mientras que las autoridades ordenaron evacuar el aeropuerto de Chrischurch y la red de telefonía móvil se saturó a raíz de la cantidad de llamadas efectuadas por la población.
La Policía local indicó que numerosas chimeneas cayeron desde los tejados, y que los techos y paredes de algunos edificios de barrios de la periferia de Christchurch se derrumbaron o agrietaron.
Nueva Zelanda sufre cerca de 14.000 terremotos cada año, de los cuales la gran mayoría son de poca intensidad, aunque entre 100 y 150 tienen la suficiente fuerza cómo para ser percibidos.
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