LONDRES.- Durante un encuentro en Inglaterra con las víctimas de curas pederastas, el Papa Benedicto XVI expresó este sábado su "dolor y vergüenza" por las sufridas historias que tuvo que escuchar de las personas.
El Papa "se ha emocionado escuchando las historias de las víctimas y ha expresado profundo dolor y vergüenza por sus sufrimientos y los de sus familias", señaló un comunicado de El Vaticano, publicado tras la reunión privada que se realizó en la nunciatura apostólica, en Wimbledon (sur de Londres, capital).
Del mismo modo, el Sumo Pontífice rezó con los afectados y les aseguró que la Iglesia católica sigue en su propósito de poner en práctica "medidas efectivas para la protección de los jóvenes".
Además "está haciendo todo lo posible para investigar las acusaciones, colaborar con las autoridades civiles y llevar ante la justicia al clero y a los religiosos acusados de estos graves crímenes", indicó el texto de El Vaticano.
Un portavoz de la Iglesia manifestó que el encuentro, que duró entre media hora y 40 minutos, fue similar a los que se han llevado a cabo en Estados Unidos, Australia y Malta.
Dura condena
La visita del Papa al Reino Unido, que se ha extendido por tres días, se ha visto marcada por una dura condena. Miles de personas marcharon por el centro de la ciudad de Londres en contra de la visita de Estado de Benedicto XVI.
"El Papa protege a los curas pederastas", era una de las tantas oraciones que se leían en las pancartas que portaban los manifestantes, quienes recorrieron desde Hyde Park (uno de los parques más grande del país), donde tuvo lugar una vigilia de oración, hasta Downing Street, residencia oficial del primer ministro, David Cameron.
La marcha fue convocada por un grupo de organizaciones humanitarias que alcanzaron reunir cerca de tres mil personas, entre quienes participaron víctimas de abusos sexuales cometidos por sacerdotes entre 1960 y 1980.
El Papa, por su parte, "continúa disculpándose por los fallos de todos los demás menos los propios", declaró a la prensa el activista de derechos humanos Peter Tatchell, en alusión a las palabra del Pontífice en la catedral de Westminster, donde calificó los abusos sexuales de crímenes atroces.
"Pienso en el inmenso sufrimiento causado por el abuso de menores, especialmente por los ministros de la Iglesia. Quiero manifestar mi profundo pesar a las víctimas inocentes de estos crímenes atroces, junto con mi esperanza de que el poder de la gracia de Cristo traerá la curación profunda y la paz a sus vidas", afirmó Joseph Ratzinger, en una misa en la catedral de Westminter.
Tatchell reiteró que el Papa "no ha admitido sus propias deficiencias y sigue sin entregar a la Policía de todo el mundo los documentos que tiene sobre sacerdotes pedófilos, lo cual le convierte en cómplice".
La británica Sue Cox, quien con 10 años de edad denunció abusos en su contra, subrayó que mientras el Papa retorne a Roma tranquilo, "nosotros seguiremos haciendo lo posible por perseguir a los responsables de esas vejaciones".
También numerosas personas rechazaron que el Vaticano continúe con su política "ultraconservadora" en temas relacionados con la mujer, la familia o el sexo.
En Escocia, manifestaron en contra de la postura de la Santa Sede respecto a los derechos de los homosexuales, el aborto y los métodos de contracepción.
La visita dede Benedicto XVII en Londres terminará este domingo con la beatificación del cardenal John Henry Newman (1801-1890), uno de los más famosos conversos al catolicismo procedentes del anglicanismo en Birmingham (centro de Inglaterra).
Reunión con Primer Ministro
El Papa Benedicto XVI se entrevistó hoy durante veinte minutos con el primer ministro británico, David Cameron, su segundo en el gobierno de coalición, Nick Clegg, y la líder de la oposición laborista, Harriet Harman.
Todas las entrevistas tuvieron lugar en la residencia arzobispal, que se encuentra detrás de la catedral católica de Westminster, donde debía oficiar luego una misa.
Era la primera vez que el líder "tory" (conservador), Cameron, se reunía con el Sumo Pontífice desde la llegada de éste al Reino Unido para su visita pastoral y de Estado de cuatro días, que termina mañana domingo en la ciudad inglesa de Birmingham.
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