Dirigió personalmente el operativo para asesinar al coronel José Amado González González
El relacionista público de la Policía, coronel Máximo Báez Aybar, señaló a Gian Enrique Rojas como el jefe del grupo de sicarios que asesinó al coronel José Amado González y González, al empresario Rubén Soto Hayeb y a otras personas por instrucciones del capo boricua José David Figueroa Agosto.
El señalamiento lo hizo en el juicio que se le sigue a Rojas y otros sicarios vinculados a la red de Figueroa Agosto, que fue reenviado nuevamente para el miércoles próximo, para oir a otros testigos de cargos, entre los cuales figuran varios investigadores de la Policía.
El coronel Báez Aybar afirmó ante los jueces del Cuarto Tribunal Colegiado del Distrito Nacional que Rojas no sólo era el brazo ejecutor de la red de sicarios que se le atribuye a José David Figueroa Agosto, sino que también coordinaba las operaciones de narcotráfico del grupo.
Báez Aybar compareció el miércoles como testigo ante el tribunal por haber dirigido investigaciones sobre los asesinatos que se atribuyen a la red de Figueroa Agosto.
Realizó las investigaciones mientras fungía de director del departamento de Inteligencia Delictiva de la Policía.
Según expuso ante los jueces “en los teléfonos -de Rojas- encontramos conversaciones explícitas relativas a actividades de narcotráfico, como por ejemplo sobre precios de kilos de cocaína y la forma en que se puede traficar. Recuerdo que decía por dónde quería la cocaína, si por arriba (por avión), por agua (lancha) o por abajo del agua (refiriéndose a un submarino)”.
Sobre el asesinato de Omar Antigua Polanco, ex lugarteniente del Figueroa Agosto abatido a tiros en el parqueo del supermercado Carrefour, el oficial dijo que fue el detonante para dar con la red de sicarios, porque el mapeo se realizó a partir del número de celular de la víctima.
Según reveló Báez Aybar, en la lista de personas que Figueroa Agosto habría ordenado asesinar se encontraba el decorador de interiores Andrés Augusto Aybar, quien trabajó para el capo y luego fue testigo en el juicio seguido a Sobeida Félix Morel y demás condenados por lavado de activos.
Báez afirmó que Rojas, apresado en Santiago, era la persona que recibía los 30 mil dólares que Figueroa Agosto pagaba por cada asesinato, de los cuales pagaba a los ejecutores de las acciones de sicariato.
Previo al coronel Báez Aybar acudieron al tribunal colegiado el jefe de la Policía, mayor general José Armando Polanco Gómez, y otros oficiales investigadores.
El señalamiento lo hizo en el juicio que se le sigue a Rojas y otros sicarios vinculados a la red de Figueroa Agosto, que fue reenviado nuevamente para el miércoles próximo, para oir a otros testigos de cargos, entre los cuales figuran varios investigadores de la Policía.
El coronel Báez Aybar afirmó ante los jueces del Cuarto Tribunal Colegiado del Distrito Nacional que Rojas no sólo era el brazo ejecutor de la red de sicarios que se le atribuye a José David Figueroa Agosto, sino que también coordinaba las operaciones de narcotráfico del grupo.
Báez Aybar compareció el miércoles como testigo ante el tribunal por haber dirigido investigaciones sobre los asesinatos que se atribuyen a la red de Figueroa Agosto.
Realizó las investigaciones mientras fungía de director del departamento de Inteligencia Delictiva de la Policía.
Según expuso ante los jueces “en los teléfonos -de Rojas- encontramos conversaciones explícitas relativas a actividades de narcotráfico, como por ejemplo sobre precios de kilos de cocaína y la forma en que se puede traficar. Recuerdo que decía por dónde quería la cocaína, si por arriba (por avión), por agua (lancha) o por abajo del agua (refiriéndose a un submarino)”.
Sobre el asesinato de Omar Antigua Polanco, ex lugarteniente del Figueroa Agosto abatido a tiros en el parqueo del supermercado Carrefour, el oficial dijo que fue el detonante para dar con la red de sicarios, porque el mapeo se realizó a partir del número de celular de la víctima.
Según reveló Báez Aybar, en la lista de personas que Figueroa Agosto habría ordenado asesinar se encontraba el decorador de interiores Andrés Augusto Aybar, quien trabajó para el capo y luego fue testigo en el juicio seguido a Sobeida Félix Morel y demás condenados por lavado de activos.
Báez afirmó que Rojas, apresado en Santiago, era la persona que recibía los 30 mil dólares que Figueroa Agosto pagaba por cada asesinato, de los cuales pagaba a los ejecutores de las acciones de sicariato.
Previo al coronel Báez Aybar acudieron al tribunal colegiado el jefe de la Policía, mayor general José Armando Polanco Gómez, y otros oficiales investigadores.
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