La Policía mantiene bajo arresto a uno de los hijos del empresario Ramón Antonio Sánchez Grullón, quien habría sido raptado de su residencia en Villa Trina, de Moca, la madrugada del pasado 27 de noviembre, posteriormente ejecutado y sepultado clandestinamente en una zona despoblada del paraje Guaco, de La Vega, según habrían confesado a las autoridades tres hombres que fueron apresados como sospechosos de ser los autores materiales del crimen.
Sin embargo, los hermanos y demás familiares de Julio Sánchez, el presunto autor intelectual del secuestro y la muerte de su padre, han negado en todas sus partes las versiones de la Policía y pidieron al jefe de la institución, mayor general Manuel Castro Castillo, que profundicen y corrijan las investigaciones, porque “nosotros creemos que han intentado hacer un montaje para inculpar a nuestro hermano y resolver el caso utilizando la vía fácil”.
Víctor Sánchez, uno de los hijos mayores del empresario, quien habló ayer con los periodistas en su residencia de la ciudad de Moca, dijo que las autoridades no tienen ninguna prueba contra su hermano, sino una supuesta versión de tres sujetos que habrían admitido haber secuestrado a su padre y luego ordenar sepultarlo en un campo de La Vega tras haberlo asesinado.
Según la familia, la versión de la Policía es inconsistente, porque aparentemente nadie sabe dónde fue enterrado el cuerpo, ya que los tres supuestos responsables de la autoría material del crimen dicen que pagaron a dos haitianos para que lo enterraran y los haitianos nadie los conoce y no aparecen por ninguna parte. La Policía y otros organismos investigativos se han pasado todo el día jueves y parte de hoy buscando un cadáver que nadie sabe si existe, dijeron.
“Sería muy simple que los tres acusados que confesaron y los dos haitianos que habrían contratado para que se deshicieran del cuerpo digan donde lo enterraron y no que se pasen 48 buscando a la loca, mientras nuestro hermano julio, que es un hombre enfermo, lo mantengan preso por más de dos días, sin cargos formales y por simple sospecha”.
Aunque la Policía ni los investigadores han revelado los nombres de los demás implicados, desde hace casi dos meses, Julio Sánchez, el único hijo que vivía con el padre, ha sido un virtual sospechoso para los fiscales, puesto que la noche en que desapareció don Ramón Antonio, de 85 años, su vástago se encontraba durmiendo en la habitación de al lado. No despertó aunque aparentemente en la recámara del padre hubo algún forcejeo.
El jefe de la Policía Nacional, interpelado por LISTíN DIARIO en el momento en que salía para Moca, confirmó el arresto del hijo de Sánchez Grullón, aunque no mencionó su nombre ni el parentesco con la víctima, y tampoco quiso hablar sobre los supuestos problemas del principal sospechoso, que habría sido repatriado de Estados Unidos y padecía bipolaridad por su adicción a la cocaína. Se trata de una afección en la cual una persona sufre de depresión por períodos en los que está extremadamente feliz o malhumorado o irritable. El trastorno bipolar afecta por igual a hombres y mujeres, y generalmente comienza entre los 15 y 25 años (Julio tiene 37). La causa exacta se desconoce, pero se presenta con mayor frecuencia en parientes de personas que padecen dicho trastorno.
En la mayoría de las personas con trastorno bipolar, no hay una causa clara para los períodos (episodios) de extrema felicidad (manías) o de depresión. Los siguientes factores pueden desencadenar un episodio maníaco.
Los familiares dicen que Julio padecía de esta enfermedad y que con frecuencia los fármacos de su tratamiento le producían largos periodos de sueño profundo y que tal vez por ello no se enteró del rapto de su padre. Denunciaron que su hermano se mantiene prácticamente secuestrado por la Policía, ya que apenas han podido comunicarse con él. Ha sido sometido a la prueba del polígrafo y del ADN para determinar si una mancha de sangre encontrada en la cama de su progenitor se correspondía con la suya. Los investigadores mantienen en secreto los resultados como corresponde en el procedimiento de las investigaciones.
Rosa Sánchez, una de las hermanas de Julio, dijo que su padre era quien lo mantenía, que vivían juntos desde hace tiempo y que Julio de comerciante no disponía de dinero ni otros recursos para pagar un secuestro y un asesinato de esa magnitud. “Mi hermano no tenía ni siquiera celular, hablaba por el teléfono de mi papá”, dijo tristemente la mujer.
El secuestro del comerciante Sánchez Grullón se produjo en horas de la madrugada en su residencia de Villa Trina, que se encuentra a apenas 30 metros del destacamento de la Policía Nacional, que labora las 24 horas del día. Para la familia “es extraño y casi imposible” que tres desconocidos se llevaran a su padre a esas horas de la madrugada, en un pueblo solitario, y que “ninguno de los custodios del cuartel viera nada”.
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