El 6 o 7 de agosto próximos se conocerá la decisión de la magistratura vaticana sobre si juzga o no al exmayordomo del papa, Paolo Gabriele, de 46 años, detenido y acusado del robo y filtración de documentos reservados enviados al pontífice, informó hoy el portavoz vaticano, Federico Lombardi.
Lombardi manifestó que la magistratura vaticana "prosigue su trabajo" y que se espera que la fase de instrucción concluya el 6 o 7 de agosto y que en esas fechas ya se anuncie la decisión.
El portavoz agregó que la semana próxima se espera que el Promotor de Justicia del Vaticano (fiscal), Nicola Picardi, haya presentado la solicitud de enjuiciamiento de Gabriele, que según su abogado ha admitido "los errores", y que después decidirá el juez instructor, Piero Bonnet.
Lombardi informó también hoy de que el papa Benedicto XVI recibió ayer en la residencia de Castel Gandolfo, donde pasa el verano, a los tres cardenales de la Comisión Cardenalicia encargada de esclarecer este escándalo, que ha puesto en la picota a la Curia Romana, que ha desvelado tramas e intrigas en el pequeño Estado.
La Comisión Cardenalicia está presidida por el purpurado español Julián Herranz, de 82 años, expresidente del Consejo Pontificio para los Textos Legislativos, y de la misma forman parte los también cardenales Jozef Tomko, eslovaco, prefecto emérito de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, de 88 años, y Salvatore De Giorgi, exarzobispo de Palermo (Italia), de 82 años.
Benedicto XVI fue informado de las conclusiones a las que ha llegado la Comisión Cardenalicia y del curso que sigue el procedimiento penal, precisó el portavoz.
"El papa ha dado las gracias por las informaciones recibidas e invitado a la Magistratura Vaticana a proseguir su tarea con diligencia", subrayó.
A la reunión asistieron el fraile capuchino Luigi Martignani, secretario de dicha comisión; el juez instructor, Piero Antonio Bonnet, y el promotor de justicia, Nicola Picardi.
También asistieron el arzobispo Angelo Becciu, sustituto para los Asuntos Generales de la Secretaría de Estado; monseñor Georg Gänswein, secretario particular del papa; Domenico Giani, comandante de la Gendarmería Vaticana, y el periodista Greg Burke, consultor para la Comunicación de la Secretaría de Estado.
El escándalo de las filtraciones de documentos reservados enviados al papa y a su secretario y otros de la Curia Romana, conocido ya como "Vatileaks", se desató a principios de año, cuando una cadena de televisión italiana sacó a la luz unas cartas enviadas a Benedicto XVI por el nuncio en EEUU, Carlo María Viganò, en las que denunciaba la "corrupción, prevaricación y mala gestión" en la administración vaticana.
El 19 de mayo pasado se publicó el libro "Sua Santità", con un centenar de nuevos documentos filtrados desde el Vaticano, que desvelan supuestas tramas e intrigas en el pequeño Estado.
Cinco días más tarde fue detenido Gabriele, que ha pasado casi dos meses encerrado en una celda de seguridad del Vaticano y al que el pasado día 21 le fue concedido el arresto domiciliario.
El pasado día 24, el abogo de Gabriele, Carlo Fusco, aseguró que "Paoletto", como es conocido el exmayordomo, ha pedido perdón a Benedicto XVI en una carta en la que admite sus errores y expresa arrepentimiento.
La carta, según Fusco, fue entregada a la Comisión Cardenalicia y ya la han leído los tres cardenales.
El abogado reiteró que Gabriele, según se desprenden de las investigaciones, actuó en solitario, sin cómplices "internos o externos", es decir, de dentro del Vaticano o de fuera.
El exmayordomo es hasta el momento el único investigado por el caso. EFE
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