Buenos Aires.- Néstor Kirchner sufrió varios episodios cardíacos que desoyó para adentrarse aún más en los intrincados laberintos del poder, un recorrido que hoy se truncó con su muerte en el terruño donde se refugiaba con su círculo íntimo para apaciguarse.
Quien gobernó Argentina entre 2003 y 2007 pero seguía manejando los hilos de la vida política en Argentina falleció hoy en la sureña localidad de El Calafate por un paro cardíaco.
"Fue muerte súbita", confirmó Luis Buonomo, médico personal Kirchner.
El ex presidente, diputado, líder del Partido Justicialista (peronista) y secretario general de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) había tenido un episodio alarmante el pasado 11 de septiembre, cuando debió ser sometido en Buenos Aires a una angioplastia para reparar una arteria coronaria obstruida.
Dos días después recibió el alta médica y pasadas un par de jornadas retomó su intensa actividad política.
"Hay Kirchner para rato", dijo por entonces su esposa y sucesora en la Presidencia, Cristina Fernández, su "compañera de toda la vida", como solía decir.
El propio ex mandatario, de 60 años y una trayectoria política de casi tres décadas, en su reaparición pública tras aquella intervención se mostró desafiante ante su salud.
"Yo sé que a veces se enojan los médicos. Pero no hay mejor médico que el amor y el sentimiento de ustedes para fortalecerme el corazón y salir con todas las fuerzas, para reverdecer", dijo Kirchner, ante miles de simpatizantes.
Kirchner venía de sufrir otro episodio serio en febrero pasado, cuando fue operado de urgencia en Buenos Aires por una obstrucción en su arteria carótida derecha.
Y en 2004, cuando era presidente, sufrió una hemorragia estomacal provocada por la ingesta de medicinas que afectaron su aparato digestivo, un problema que algunos relacionaron con el constante cuadro de estrés que sufría.
Pese a todas estas advertencias, Kirchner nunca le dio respiro a su vida política, que dividía entre los asuntos de la gestión de su esposa, los tejes y manejes del gobernante Partido Justicialista y su proyección como líder regional desde su rol en Unasur.
Sólo Cristina Fernández conseguía, a veces, que levantara el pie del acelerador, obligándole a viajar a la apacible villa de El Calafate, donde tampoco dejaba de estar conectado a la actualidad política.
Hasta allí habían viajado los Kirchner el lunes pasado, cuando Cristina Fernández resolvió hacer un alto en su propia agenda por recomendación médica debido a un cuadro de anginas.
"Pese a los consejos de los médicos, no hizo caso. Y ahora llegaron las consecuencias: se pierde la vida de un hombre que trabajó fuertemente por Argentina", dijo hoy el ex mandatario Carlos Menem (1989-1999), con quien Kirchner disputó la Presidencia en 2003 y quien también atravesó problemas de salud durante su Gobierno.
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