MONTE MERAPI, Indonesia (AP).- Grupos de rescatistas inspeccionaban el miércoles la ladera del volcán más activo de Indonesia en busca de sobrevivientes, luego de una erupción en que nubes de ceniza hirviente mataron al menos a 30 personas, incluido un anciano considerado el guardián espiritual de la montaña.
Las autoridades advirtieron a las miles de personas que huyeron del monte que no regresaran el miércoles, mientras la montaña parecía tranquila. Pero algunos pobladores estaban desesperados por ver el estado de sus cultivos y de sus posesiones.
La erupción de la noche del martes suavizó la presión que se había acumulado debajo una cúpula de lava en el cráter del volcán, pero los expertos aseguran que lo peor podría no haber pasado aún. La cúpula podría derrumbarse y lanzar una avalancha ardiente de gases tóxicos y escombros.
``Está un poco más calmado hoy'', dijo Surono, el director del Centro de Mitigación de Volcanología y Riesgos Geológicos. ``No hay nubes calientes, ni resonancias. Pero mucha energía está acumulada ahí. No se puede saber qué pasará ahora''.
El monte Merapi, que se traduce como ``Montaña de fuego'', ha entrado en erupción muchas veces en los últimos 200 años y ha provocado muertes a menudo. En 1994, 60 personas murieron, mientras que en 1930 más de una docena de poblados quedaron calcinados y unas 1.300 personas fallecieron.
Aún así, al igual que otros volcanes en Indonesia, más de 11.000 personas viven en las fértiles laderas de la montaña.
Mientras los funcionarios de emergencias lidiaban con la situación en uno de los 129 volcanes indonesios, sus colegas a 1.300 kilómetros (800 millas) al oeste de allí comenzaban a llegar a las islas Mentawai, luego del maremoto causado por un sismo que la noche del lunes mató a 272 personas y dejó cientos de desaparecidos.
Los dos desastres ocurrieron en pocas horas en una de las regiones sísmicas más activas del mundo y obligaron al presidente Susilo Bambang Yudhoyono a regresar en forma anticipada de una visita oficial a Vietnam.
Los muertos por la erupción volcánica llegaron a 30 el miércoles y había 17 hospitalizados, la mayoría con quemaduras y problemas respiratorios, dijo el doctor Teguh Dwi Santosa en un hospital local.
Muchos se trasladaron a refugios de emergencia tras la poderosa erupción del martes, pero otros ignoraron los avisos de las autoridades y empezaron a regresar a sus casas el miércoles.
``Haremos todo lo posible para pararles'', dijo Hadi Purnomo, el encargado del distrito de Sleman, que dijo que algunos poblados al sur del cráter eran ``zonas de muerte''.
``No hay vida ahí'', dijo. ``Los árboles, las granjas, las casas han quedado calcinadas. Todo está cubierto de una gruesa ceniza gris''.
Otras zonas, sin embargo, quedaron intactas.
``No paro de pensar en lo que está ocurriendo ahí arriba'', dijo Hadi Sumarmo, que tiene una granja en Srumburg, un poblado a siete kilómetros (tres millas) del volcán. ``Sólo quiero regresar para comprobar los daños. Si oigo sirenas, volveré a salir rápidamente''.
Entre los muertos se encontraba Mardjan, un hombre de 83 años a quien un rey difunto escogió para custodiar a los espíritus del volcán.
``Encontramos su cuerpo'', dijo Suseno, un miembro del equipo de búsqueda, tras reportes de que el anciano fue encontrado arrodillado, en posición de oración.
Maridjan más de una vez hizo enojar a los funcionarios locales al no dejar la zona durante las erupciones, lo que decían daba un mal ejemplo. Pero él siempre contestó que se iría si recibía una señal del rey que lo designó, muerto hace mucho tiempo.
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