Milagros Diaz, la ex regidora del PLD en Santo Domingo Este y madre de la fiscal adjunta Gissell Odaliza Reyes Díaz, asesinada la noche de este domingo cerca de su residencia, aclaró en El Gobierno de la Mañana que el sargento (PN) Luciano no era su custodia, sino un amigo, y negó que entre ambos existiera una relación sentimental.
“Luciano venía aquí a conversar con ella y a hablar con ella, como Giselle era una persona muy abierta, él decía que estudiaba derecho y ella lo ayudaba...”, dijo Díaz, al tiempo de explicar que el custodio de ella y que a veces le servía a su hija es el sargento mayor de la PN, Marino Gómez, quien anoche no estaba de servicio.
Milagros Díaz, en medio del dolor de lo que califica como un asesinato, no quiere aventurarse a culpar a nadie, sino que sean los cuerpos investigativos los que determinen quién o quiénes son los culpables del crimen de la joven, por el cual quedaron en la orfandad cuatro niños.
Cómo recuerda la madre ocurrieron los hechos
Milagros Díaz cuenta que su hija salió a comprar una pizza con el sargento Luciano y que no llevaba nada de valor, excepto una tarjeta de débito, y que a eso de las 8:30 oyó unos disparos mientras estaba recostada en la cama.
De inmediato la mujer se puso en pie y le dijo a su nieta, hija de Gisell: “Oye ese tiroteo, parece que están atracando a alguien”. Dice que se paró en el balcón y vió cuando dos jóvenes caminaban presurosos, saliendo de una callecita cercana, que está oscura por falta de una lámpara.
Al rato llega el sargento Luciano con las pizzas y pregunta si no ha llegado la joven, la madre le dice qué cómo le pregunta eso, si ella andaba con él, que dónde está su hija. Él le responde que dos hombres a pie los abordaron y que les dispararon, pero que él repelió la agresión hiriendo a uno.
“Cuando nosotros veníamos vinieron dos tipos y uno de ellos le dijo: “Párate ahí”, y le dio un tiro y yo empecé a disparar también”, le contó el sargento.
De inmediato, dejó las pizzas en la escalera de la casa y salió a buscar a la joven, pero regresó diciendo que no la encontró.
Luego unos vecinos llegaron a su casa para decirle que Gissell estaba en casa de ellos y que quería hablarle, y que cuando llegó lo que vió fue la ropa y las zapatillas con las que andaba su hija, y que supuso que algo malo le había pasado.
Milagros Díaz, en medio de esta tragedia, aboga porque los padres de sus nietos tengan la intención de dejar los niños con ella, como estaban cuando Gisell estaba con vida, para que encima del dolor de perder a la progenitora no tengan que pasar por el trauma de una separación entre ellos.
Las investigaciones
En el lugar del asesinato, en la calle C del residencial Eugenio María de Hostos, la Policía Nacional recogió trece casquillos de un solo tipo de arma de fuego. Según el sargento Luciano, la persona que hasta el momento parece ser el único testigo del asesinato, los jóvenes que señala como los asesinos los abordaron con un revólver, un tipo de arma que no bota los casquillos.
Sin embargo, de acuerdo a las informaciones que maneja el director de la Z101 y de El Gobierno de la Mañana, los investigadores revisaron el perímetro donde ocurrió el crimen y no encontraron rastros de sangre, para corroborar la versión del sargento de que hirió a uno de los jóvenes y para saber hacia donde corrieron.
Gissell Odaliza Reyes Díaz era una fiscal adjunta que se había desempeñado en Monte Plata, la Provincia Santo Domingo y en el Distrito Nacional, en este último lugar trabajaba en el Departamento de Delitos Sexuales de la Fiscalía del distrito.
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