Un dominicano, con nacionalidad estadounidense, ha incoado una demanda por US$180 millones contra la embajada de Estados Unidos y una clínica en el país, bajo argumento de daños y perjuicios por un caso que dice destruyó su familia y estuvo a punto de terminar en una tragedia.
Esta es parte de la historia.Cuando el señor Miguel Familia acudió con su esposa Yessica Guerrero al consulado de Estados Unidos en el país, en busca de la residencia de su hija menor, jamás pensó que ese paso lo llevaría al divorcio y a una crisis que estuvo a punto de terminar en una tragedia.
La residencia a la menor, quien ahora tiene once años, cuyo nombre se omite por razones legales, le fue negada por el consulado en diciembre del 2005, luego de haber determinado, a través de una prueba de ADN realizada por la Clínica Testing & Research, que le brinda servicio de prueba de paternidad a la embajada en diversos países, entre ellos República Dominicana, que la niña no era hija biológica de Miguel Familia, ciudadano norteamericano.
Luego de recibir la carta de la sección consular rechazando la residencia, Familia dijo que se convirtió ese día “en el hombre más desdichado, triste y amargado”, a tal punto que le pasó hasta por la mente quitarle la vida a la mujer que supuestamente lo había traicionado, a la que creyó le había sido infiel, y después cometer suicidio. Sin embargo, reflexionó y no lo hizo, a pesar de la “escena desgarradora que parecía una telenovela o película de terror”.
La separación
Ante esa situación, el padre de la menor se separó de su esposa, quien lo demandó luego por pensión alimentaria por ante el juzgado de paz ordinario del municipio La Romana, rechazando dicho tribunal la demanda en virtud de que Familia no era su padre biológico, según el certificado de la referida clínica.
Ante esa situación, el padre de la menor se separó de su esposa, quien lo demandó luego por pensión alimentaria por ante el juzgado de paz ordinario del municipio La Romana, rechazando dicho tribunal la demanda en virtud de que Familia no era su padre biológico, según el certificado de la referida clínica.
La madre de la menor, Yessica Guerrero, estuvo en prisión por cerca de dos meses, luego de que no pudiera pagar una fianza que le impuso el juzgado de la instrucción de La Romana, acusada de agredir físicamente a su hija. La dama quedó depresiva y con problemas psiquiátricos, tras la prueba de ADN. Siete años después, Familia volvió a hacerle la prueba de ADN a su hija en laboratorios Amadita. El resultado establece que este hombre no puede ser excluido como posible padre biológico de la niña. Probabilidad de paternidad es de 99.99%.
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