Casi todos los oradores que intervinieron esta semana en el Foro Económico Mundial expresaron su opinión sobre la potencia asiática DAVOS, Suiza.- Lo más granado del empresariado industrial occidental es incapaz de decidir si China es su salvación o una amenaza.
Casi todos los oradores que intervinieron esta semana en el Foro Económico Mundial expresaron su opinión sobre la potencia asiática y la segunda economía mundial. Algunos pidieron un mayor acceso a los mercados chinos y otros suplicaron - cuando no conminaron - a Beijing a que encarezca su divisa además de permitir mayores libertades cívicas.
Empero, los participantes chinos mantuvieron que el problema reside en la incomprensión que el resto del mundo tiene de su país.
"Las alternativas no deberían ser un conflicto o un enfrentamiento", dijo el sábado el canciller australiano Kevin Rudd en el foro que concluye en este centro de recreación alpino. Agregó que occidente necesita ser "franco sin ser un adversario" con China ante la nueva década.
Li Daokui, director del Centro de China en la Economía Mundial, dijo que Occidente necesita tener una imagen más realista de su país y los enormes desafíos que encara, No se trata solamente de una nación de rascacielos en Shanghai, sino de centenares de millones de personas con escaso acceso al agua potable, masas de pobreza rural y enormes problemas de contaminación ambiental, dijo Li.Pidió además más paciencia global con la política de China de mantener artificialmente bajo el valor de su divisa.
"Creo que nuestra política de cambio monetario es la acertada", insistió. "Esperemos 5 o 10 años" antes de ver si la estrategia es la adecuada", agregó. "Los líderes chinos miran a largo plazo".
El presidente de la Universidad de Harvard, Lawrence Summers, hasta hace un mes el máximo asesor económico del presidente Barack Obama, no quedó convencido.
La opinión que la comunidad empresarial estadounidense tiene de China "se ha deteriorado muy sustancialmente", y el país es considerado cada vez más "una gran amenaza económica", agregó.
Summers mencionó entre los principales problemas con China los derechos de propiedad intelectual - Obama presionó a China para que combata el robo de la tecnología estadounidense - y la preponderancia que va tomando China en materia de seguridad en el este de Asia.
"Gracias a Dios por el crecimiento de China. Gracias a Dios que China estimuló su economía durante la crisis financiera global", dijo Rudd.
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