LISBOA.- Anibal Cavaco Silva fue ayer reelegido presidente de Portugal en la primera vuelta con una cómoda ventaja sobre sus adversarios.
Escrutadas el 98% de las circunscripciones, el actual jefe de Estado obtendía un 53 por ciento de los votos en una jornada electoral en la que más de la mitad de los portugueses (53%) se abstuvieron de acudir a las urnas.
Proclamada su victoria y aclamado anoche por los suyos, Cavaco aseguró que sus «prioridades inmediatas» serán la lucha contra el desempleo y contener el endeudamiento externo. «Portugal, lo primero», dijo el reelegido presidente en su discurso, en el que aprovechó para criticar las «calumnias» vertidas por sus oponentes en las elecciones.
El socialista Manuel Alegre fue el gran perdedor, pues pese a contar con todo el apoyo de su partido, sus resultados han sido inferiores a los de hace cinco años cuando se presentó en solitario. Entonces obtuvo el 20,7 por ciento; ayer, todo apuntaba a que no superaría el 19,8 por ciento de los votos emitidos. El independiente Fernando Nobre, por el contrario, puede darse por muy satisfecho con un digno resultado que ronda el 14%, muy cercano al que obtuvo Mario Soares en 2006 (14,3 por ciento). El comunista Francisco Lopes quedó por debajo de lo esperado (entre el 6 y el 7 por ciento), seguido de José Coelho (entre el 3,5 y el 4%).
Confirmando todas las previsiones, Cavaco se ha impuesto en todos los distritos electorales del país. Una victoria contundente, que supera ampliamente los resultados obtenidos por el presidente luso en 2006.
La nota negativa de la jornada estuvo en las dificultades técnicas que muchos electores se encontraron a la hora de ejercer su voto. La introducción de un nuevo carné de identidad —una apuesta por la tecnología de los socialistas— jugó una mala pasada a muchos ciudadanos, que vieron cómo el sistema informático falló y no pudieron votar. Pequeños boicots en algunas localidades que no votaron como forma de protesta por falta de infraestructuras también fueron noticia, así como las bajas temperaturas en todo el país, que a más de uno le animó a quedarse en casa.En el análisis postelectoral son muchos los políticos, comentaristas y periodistas portugueses que creen que está claro que la actual legislatura no va a poder concluir su mandato. «Sabemos que las elecciones legislativas van a ser anticipadas, aunque aún no sabemos cuando se celebrarán», era el comentario más repetido ayer. En el caso de que, en los próximos meses se produzca el rescate del FMI, muchos creen que el socialista José Sócrates no tendrá más remedio que dimitir. Aunque también hay quienes creen que la renuncia del primer ministro se producirá más bien en caso de que no se aprueben los próximos presupuestos. Un tercer posible escenario es que el anticipo de las elecciones venga como consecuencia de la disolución del Parlamento por Cavaco Silva. Pero en algo parece que todos están de acuerdo: la cuenta atrás hacia la crisis se inicia hoy.
Con la clara victoria de Cavaco frente al candidato socialista se confirma que la estrategia de José Sócrates ha fracasado. Es público que el jefe del Ejecutivo hizo todo lo posible para que el candidato a estas elecciones fuese el actual ministro de Exteriores, Luis Amado, muy bien relacionado y respetado en el mundo diplomático. Pero sus deseos no fueron órdenes y acabó aceptando a Alegre. El PS queda, desde ayer, muy debilitado en un momento crucial para el país.
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