No más ceniceros ni nubes de humo: los españoles tuvieron que renunciar el domingo, con la entrada en vigor de la nueva ley antitabaco, a una costumbre bien enraizada en el país, la de fumar un cigarrillo en bares y restaurantes.
Dando una tregua a las festividades de fin e inicio de año, la nueva legislación que entró en vigor el 2 de enero prohíbe fumar en los bares y restaurantes, en los parques infantiles y en los alrededores de los hospitales y las escuelas.
"Hemos aplicado la ley desde las doce de la noche, no he fumado en mi vida, estoy encantado, la tenían que haber hecho hace 50 años", explica a la AFP Teodoro Escribano, de 61 años, dueño del Café del Almirante, en el centro de Madrid.
"Es bueno para nuestra salud, para la salud de todos", agrega, detrás de la barra de su bar, hasta el domingo lleno del humo de los fumadores desde la mañana hasta la noche.
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