martes, 25 de enero de 2011

Partidos se resisten a los cambios

LAS ORGANIZACIONES POLÍTICAS INSISTEN EN LA DEMAGOGIA, CLIENTELISMO, LUCHA GRUPAL Y LAS PROMESAS INCUMPLIDAS, DESCONECTÁNDOSE DE LA SOCIEDAD Y LOS PRINCIPIOS QUE ENARBOLABAN Santo Domingo

Los tres principales partidos políticos del país, que han dominado el escenario dominicano en los últimos 50 años de vida democrática, permanecen anclados en el pasado, con estructuras obsoletas, débiles plataformas ideológicas y el incumplimiento de sus promesas de campaña cada vez que pasan a dominar el poder.

Este fenómeno, conjuntamente con haber renegado a sus principios, ha ido minando la confianza de las masas en sus líderes nacionales y provinciales, provocando zigzagueantes resultados de las votaciones en cada proceso electoral.

La dirigencia de los partidos de la Liberación Dominicana (PLD), Revolucionario Dominicano (PRD) y Reformista Social Cristiano (PRSC) admiten la necesidad de imponer cambios, no solo en sus estructuras internas, sino también en la forma en que se comunican con las instituciones representativas de la sociedad y como interpretan las demandas de la ciudadanía. Sin embargo, la demagogia, el clientelismo, la falta de propuestas programáticas y las fratricidas luchas grupales conspiran de manera permanente contra estos postulados.El resultado de la preocupante desconexión con esta realidad lo reveló como un garrotazo a estos partidos la última encuesta de Barómetro de las Américas, cuyo análisis coloca a las organizaciones políticas en el último lugar de la tabla de posiciones, con apenas 33.1 puntos del promedio de confianza de la población con relación a otras instituciones. Por encima se colocaron los medios de comunicación, iglesia Católica, juntas de vecinos, iglesias evangélicas, presidente, Junta Central Electoral, Fuerzas Armadas, Gobierno nacional, organizaciones empresariales, elecciones, Congreso, Suprema Corte y la Policía. Eso es mucho decir.También hay que poner de relieve el auge de movimientos sociales, cuyos ciudadanos están ocupando los espacios dejados por los partidos políticos desarrollando campañas, iniciativas y peticiones en favor de la población. En este contexto se inscribe el movimiento a favor de elevar a 4% del Producto Interno Bruto (PIB) el presupuesto público para la educación, que en los últimos meses atrajo la atención del país en las calles y logró insertarse en las redes sociales para llegar a ciudades del mundo donde hay presencia significativa de dominicanos.

El boschismo
El PLD, organización fundada por el fenecido ex presidente Juan Bosch en 1973, tras abandonar el PRD, surgió en diciembre de ese año en el primer congreso Juan Pablo Duarte como un partido político que negaba las prácticas clientelares, populistas e individualistas del perredeísmo. Su propósito declarado fue construir un partido que tuviera como objetivo completar la obra de los Padres de la Patria, con hombres y mujeres de vocación patriótica, para luchar por la libertad, la soberanía, la independencia, la justicia social, el progreso y el bienestar de los dominicanos y los demás pueblos del mundo. Luego de la muerte de Bosch en noviembre del 2001 surgió la figura de Leonel Fernández como el líder de la organización, catapultado por los tres triunfos obtenidos en las elecciones presidenciales de 1996, 2004 y 2008, así como las congresionales y municipales de 2006 y 2010. Un aspecto relevante de estas victorias electorales del PLD y Leonel Fernández es que se han logrado gracias a la alianza con otras fuerzas políticas minoritarias, sin cuyo apoyo el panorama hubiera sido totalmente diferente.

Advertidos sobre esta realidad, dirigentes peledeístas que se inscriben al boschismo como su ideología llaman constantemente a la cúpula del partido a volver la cara a los ideales que le dieron origen, los cuales comenzaron a erosionarse en el proceso electoral del 2000 cuando comenzó a transformarse en un partido de masa a través de una avalancha de simpatizantes que no es posible contener mientras se está en poder, pero que también pone en juego la disciplina.Para el secretario general del PLD, Reinaldo Pared Pérez, son tres los retos que tiene esa organización en la actual coyuntura, todos ellos importantes.

1-El PLD dio inicio al VIII Congreso Ordinario Norge Botello y ese congreso tendrá que abordar temas y tomar decisiones fundamentales.

2-La celebración de una convención para la escogencia de su candidato o candidata presidencial, como siempre lo ha hecho. En el marco del respeto a su institucionalidad y a la disposiciones reglamentarias y estatutarias.

3-El tercer, y no por ello que tenga menos relevancia que los otros, es ganar las elecciones en el 2012, para que el PLD, conjuntamente con los partidos que le han venido acompañando, puedan seguir la labor de gobierno iniciada por Leonel Fernández, que es el Presidente de la República y presidente del PLD.

Peñagomismo
Cuando José Francisco Peña Gómez murió el 10 de mayo de 1998, la reestructuración del PRD parecía inminente. Para entonces esa organización se consideraba como el único gran partido socialdemócrata que tenía América Latina. No obstante, con el pasar de los años la ideología ha cedido a las luchas grupales. Esta situación sólo le ha permitido colocar parches en la estructura de su organismo, en medio de las constantes pugnas internas. Y cuando finalmente pareció llegar el momento oportuno para la creación de un nuevo PRD, renovando por completo su oxidada maquinaria el año pasado tras la cuarta derrota electoral consecutiva, el proceso concluyó en una total frustración y resquemores entre los concurrentes.

Desde ese punto de vista, el PRD, al igual que el PLD y el PRSC ñguardando las diferenciasñ ha sido incapaz de modernizarse imponiendo una estructura organizativa clientelar, donde un poder dirigencial verticalizado y autoritario deja poco espacio para que la militancia exprese sus ideas de cambio con libertad, enfrentando el constante peligro de la destrucción y desprestigio.

Miguel Vargas, presidente titular y precandidato presidencial del PRD, considera que se debe hacer un esfuerzo por parte de los partidos políticos de no ser demagogos y que hagan propuestas realmente viables a los dominicanos y que sobre todo que se cumpla con las leyes, la Constitución, el 4% de la ley de Educación y de la salud.

“Los partidos deben trabajar y dar garantías al pueblo de que sus propuestas serán cumplidas. Esa incertidumbre y esa desconfianza son producto de que los gobiernos incumplen, de que hacen promesas y luego no le cumplen al país”, dice Vargas.

Sostuvo que las organizaciones políticas no tienen como agenda fundamental las necesidades del pueblo, que deben ser las prioridades de una gestión.

Balaguerismo
El PRSC es sin quizá el partido tradicional que enfrenta mayores retos. Después de la muerte de Balaguer en el 2002, se produjo un profundo vacío de liderazgo que todavía hoy no se ha podido llenar. Su proceso de desintegración parece no haberse detenido pese a los esfuerzos que en los últimos meses motoriza su dirección, encabezada por su presidente Carlos Morales Troncoso y el ex candidato presidencial y senador Amable Aristy Castro.La realización del III Congreso Unitario Joaquín Balaguer podría ser una de sus últimas cartas, para lograr una real unidad y el relanzamiento del partido con miras a las elecciones presidenciales del próximo año.

No obstante, sigue conspirando contra esos propósitos la generalizada indefinición del rol opositor que jugarán frente al gobierno, ya que la mayor parte de sus dirigentes son funcionarios del presidente Fernández y su lastre de bisagra. Esto crea un ruido y confusión en el electorado y la sociedad en general.

“Nosotros lo que tenemos que hacer es dormir con nuestra conciencia tranquila como lo hacemos. Los reformistas tratamos de hacer nuestra labor política”, expresa Morales Troncoso.

“Yo veo la política como uno de los trabajos más cerca a un sacerdocio. Nosotros tratamos de mantener contacto con el pueblo y el Congreso Joaquín Balaguer es un buen ejemplo porque hacemos un análisis de la problemática nacional y de la situación del PRSC”, dice.

Tripartidismo
Durante el régimen del dictador Rafael L. Trujillo el país estuvo ante un férreo sistema de partido único: el Partido Dominicano. A la caída del régimen se instauró el bipartidismo. Primero entre el PRD y la Unión Cívica Nacional (UCN), en el período 1961-63.

La permanencia de la UCN fue fugaz, tras la derrota que sufrió en las elecciones presidenciales del 20 de diciembre de 1962, cuando el PRD con Bosch como candidato obtuvo el 58.72 por ciento de los votos, contra el 30% del partido de Viriato Fiallo.

Tras el golpe de Estado contra Bosch y la Revolución de Abril de 1965 el bipartidismo surgió con mayor consistencia, ahora protagonizado por el PRD y el Partido Reformista (PR), el cual permaneció desde 1966 hasta 1990.

Balaguer y el PR derrotaron con un 56.48% a Bosch y el PRD (36.76%) en las elecciones del 1? de junio de 1966. Tras estos comicios Balaguer presentó su candidatura a la reelección sucesiva en las elecciones de 1970, 1974 y 1978. El PRD se abstuvo en las dos primeras, pero en el 1978 con Peña Gómez como líder y Antonio Guzmán como candidato, derrotó a Balaguer con 51.69%, contra 42.17%. El PLD y Bosch participaron por primera vez en esta elecciones, obteniendo sólo el 1.11%.

En 1982 el PRD y Salvador Jorge Blanco triunfaron con 46.70% frente al PRSC y Balaguer, con 36.55%. Bosch y el PLD obtuvieron 9.82%. Balaguer volvió al poder en 1986 derrotando por 40.51% a 33.46% al PRD y Jacobo Majluta. Bosch y el PLD aumentaron a 18.37%.

El tripartidismo hizo su aparición en las elecciones del 1990 en medio de una división interna del PRD, en Peña Gómez y Majluta. El profesor Bosch y el PLD obtuvieron 33.77% superando al PRSC y Balaguer, que obtuvo 33.48%, pero éste ganó la presidencia en medio de un gran conflicto electoral al sumárseles los votos del Partido Quisqueyano Demócrata (PQD). Peña Gómez y el PRD obtuvieron 22.96%.

En las elecciones presidenciales de 1994 el PRSC y Balaguer volvieron a enfrentar la fuerzas del PRD con Peña Gómez a la cabeza. El líder reformista ganó 42.30% a 41.56%, lo que desató una gran crisis postelectoral cuando Peña Gómez denunció un fraude colosal. Se recortaron dos años al período presidencial. Bosch y el PLD cayeron a sólo 13.93%, siendo ésta la última participación del líder peledeísta.Pero en 1996 el PLD con Leonel Fernández logró el poder al vencer con el apoyo del PRSC en una segunda vuelta al PRD y Peña Gómez. La alianza PLD-PRSC obtuvo 51.25% contra el 48.75% de su contendor. Hay que precisar que el PRSC cayó a un tercer lugar con un 15% de los votos con Jacinto Peynado como candidato, del cual jamás ha podido recuperarse, pese a que en las elecciones del 2000 Balaguer hizo un último esfuerzo como candidato. En los comicios del 2000 volvió a ganar el PRD con Hipólito Mejía como candidato con 49.87%, mientras Balaguer (24.60%) y Danilo Medina (24.90), candidato del PLD, se disputaron el segundo y tercer lugar.

En las elecciones presidenciales del 2004 el PLD volvió a repuntar, con Fernández como candidato presidencial, quien triunfó en la primera vuelta con un 57.11%, derrotando la candidatura reeleccionista de Mejía, que fue favorecido sólo con un 33.65%, mientras el PRSC y su candidato Eduardo Estrella cayeron a 8.65%.

La historia electoral se repitió en el 2008 cuando la reelección de Fernández ganó con 53,55%, contra el PRD y Miguel Vargas, que obtuvieron 40.68%, y el PRSC y Amable Aristy Castro, que se hundieron en 4.68%.
EL ACTIVISMO EN UN AÑO PREELECTORAL
EL RETO
PLD Y LA REELECCIÓN
El PLD enfrenta en estos momentos delicado proceso interno, que todavía no logra definir como es el tema de la reelección presidencial. Se advierte que los organismos de dirección rehúyen la situación y que más bien están a la espera de que sea el presidente Leonel Fernández quien trace la pauta. Además, está pendiente la convocatoria a principio de este año de un plebiscito para determinar si la dirigencia permanece en sus cargos por otros cinco años y si el Congreso Norge Botello se pospone para después de las elecciones.

PACTO
CONVENCIÓN DEL PRD
Después de ser derrotado en las dos últimas elecciones presidenciales del 2004 y 2008, y las congresionales y municipales del 2006 y 2010, el PRD se encamina a elegir su candidato presidencial para los comicios del 2012.
El partido opositor tiene por delante el reto de lograr una unidad convincente para la población, cuando se enfrenten en lo que se ha llamado un choque de trenes, el ex presidente Hipólito Mejía y el ex candidato presidencial Miguel Vargas, quienes han polarizado las fuerzas perredeístas.

UNIDAD
DESAFÍOS DEL PRSC
La situación más difícil de los tres partidos tradicionales la enfrenta sin quizá el PRSC, ya que tiene que definir en el III Congreso Unitario Joaquín Balaguer, que celebra desde el 26 de este mes, el rol opositor que jugará frente al gobierno, cuando la mayor parte de sus altos dirigentes son funcionarios oficiales, lo cual indudablemente crea un ruido y confusión en el electorado. Además, los reformistas tendrán que concentrarse, no solo en lograr la diezmada unidad, sino elegir un candidato presidencial para el 2012.

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