La Policía Nacional informó ayer que Miguel Rivera Díaz, apresado el pasado viernes y repatriado inmediatamente a Puerto Rico por cargos de narcotráfico y sicariato, llevaba unos diez años radicado en el país para evadir la persecución policial en la vecina isla.
El portavoz del organismo, coronel Máximo Báez Aybar, dijo también que el supuesto narco boricua logró ganar cerca de US$40 millones por los 2,500 kilos de cocaína que había movido en estos últimos meses.
El oficial dijo que la repatriación del “narco más buscado en Puerto Rico” no significa que concluyó la investigación sobre sus operaciones en territorio dominicano, tras precisar que siguen las pesquisas para identificar sus socios en el país.
También explicó que es natural que luego de que cae un narco de gran magnitud como José David Figuera, deja un espacio que otros tratan de llenar para no perder esos beneficios.
Báez Aybar insistió que por esa razón la Policía está al acecho de cualquiera que intente llenar ese espacio y es por esa razón que se produjo el apresamiento de Rivera Díaz. “Aquí no hay espacio para el narcotráfico, el crimen organizado y el sicariato” reiteró el portavoz policial.
En estos momentos Rivera Díaz está en manos de las autoridades puertorriqueñas, quienes dentro de poco estarán presentando la acusación en su contra.
El presunto narco y sicario puertorriqueño, sindicado como sucesor del convicto Figueroa Agosto, fue detenido en la calle Primera del sector Holguín, de Herrera, Santo Domingo Oeste, cuando salió de su “escondite” para dirigirse a una barbería de esa zona.
Su captura se logró gracias a la “Operación Mangosta Borinquen I”, en virtud de la cooperación con varias agencias de Puerto Rico y Estados Unidos, tales como Marshalls, ICE y la DEA.
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