Nairobi.- Estados Unidos rechazó hoy el plan que defiende la Unión Europea (UE) para convertir el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) en una agencia de la ONU con mayor poder ejecutivo.
Así lo manifestó hoy en Nairobi a Efe Kerri-Ann Jones, jefa de la delegación de Estados Unidos en la XII Reunión Especial del Consejo de Administración del PNUMA y del Foro Global de Ministros de Medio Ambiente, que celebra hoy su tercera y última jornada.
“Apoyamos el fortalecimiento de la PNUMA para que sea una organización más eficaz que tenga un mandato mas sólido e importante”, dijo Jones, subsecretaria de la Oficina de Océanos y Asuntos Científicos y Medioambientales Internacionales, perteneciente al Departamento de Estado norteamericano.
“Sin embargo -precisó-, en este momento nosotros no apoyamos que se convierta en una agencia especializada, porque creemos que puede hacer mucho siendo el tipo de organización que es ahora si hay la intención de cambiarla haciéndola más efectiva”.
Representantes de unos 140 países -entre ellos, 80 ministros- se reúnen en la sede del PNUMA, en Nairobi, para concretar posiciones ante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible (Río+20), que albergará Brasil el próximo junio.
Los dos asuntos clave que tratará Río+20 son la economía verde en un contexto de desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza, y la gobernanza ambiental internacional, dentro de la que se incluye la posible transformación del PNUMA en una agencia de la ONU.
El comisario europeo de Medio Ambiente, Janez Potocnik, señaló este miércoles en la capital keniana que la UE cree que “el PNUMA debería fortalecerse y convertirse en una agencia de las Naciones Unidas con plena capacidad”, postura apoyada también por los países africanos.
No obstante, Potocnik admitió que “aún hay algunos desacuerdos sobre la manera concreta de darle forma, pero es parte de las negociaciones”.
Actualmente, el Programa de la ONU para el Medio Ambiente carece de capacidad ejecutiva y de presupuesto independiente, y sus decisiones se elevan a la Asamblea General de las Naciones Unidas, que puede aprobarlas o rechazarlas.
A diferencia de agencias como la Organización Mundial de la Salud (OMS), las decisiones del PNUMA, que cumple en 2012 cuarenta años de historia, no pueden incorporarse a la normativa internacional.
Acerca de Río+20 y la economía sostenible, Jones subrayó que EEUU espera que la conferencia “revitalice los compromisos con el desarrollo sostenible”.
“Buscamos -explicó- la participación del sector privado y las organizaciones no gubernamentales, y de la sociedad más ampliamente, porque los gobiernos no pueden hacer esto por sí solos”.
La subsecretaria indicó que no sería conveniente “emplear muchas horas negociando, sino hablar de los diferentes tipos de acciones a las que la gente quiere comprometerse”.
Para la negociadora de EE. UU., segundo país más contaminante del mundo, la economía verde “es el reconocimiento de que el desarrollo económico se puede llevar a cabo de una manera ecológica, de forma que sea positivo para el medioambiente”.
No obstante, agregó, “para el crecimiento verde no existe una sola respuesta. Cada país tiene su propio camino”.
Río+20 tendrá lugar en Río de Janeiro veinte años después de la Cumbre de la Tierra, convocada en esa misma ciudad en 1992, que sentó las bases del desarrollo sostenible contemporáneo.
La reunión de Nairobi es la última que celebrarán los ministros de Medio Ambiente antes de la cita de Río+20.
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