El problema de los embarazos en adolescentes es una realidad que se evidencia en las estadísticas de los departamentos de orientación de algunas de las escuelas públicas del Distrito Nacional y la provincia Santo Domingo.
Según explicaciones ofrecidas por dos especialistas que trabajan la parte de orientación en diferentes escuelas, los casos de embarazos en adolescentes menores de 15 años siguen siendo comunes en los centros educativos, pese a las informaciones preventivas que ofrecen.
Uno de los casos más reciente es el de una jovencita de once años, que a pesar de que se confirmó que tuvo una relación sin penetración, quedó embarazada.
Esa situación enfrentó a la menor con sus padres que amenazaron con sacarla de la casa, pero la rápida intervención de la sicóloga de un centro educativo, ubicado en el populoso sector de Villa Juana, evitó la acción y ha logrado mantener a la adolescente en las aulas, aunque en horario nocturno. En ese centro se han registrado dos casos de embarazos en adolescentes menores de 15 años en lo que va del nuevo período escolar.
Efectividad. La encargada del departamento de orientación de la escuela afirma que en los últimos cinco años los casos de embarazos a temprana edad han bajado, aunque en proporción reducida. La reducción es atribuida a la aplicación del Programa Afectivo-Sexual, que se imparte desde primero hasta octavo de básica, pero que lamentablemente carece de personal suficiente para expandirlo.
“Aquí se maneja de manera abierta el tema sexual. Nosotros trabajamos la prevención, pero también con la protección después que la adolescente está embarazada, porque es una situación muy difícil para la familia, que por lo general son pobres y de bajo nivel educativo”, afirma la sicóloga, que dirige una red de departamentos de orientación que abarca a cinco escuelas en Villa Juana.
Aunque las menores que se embarazan no son un ejemplo para las demás niñas que comparten clases, se les da buen trato, y son transferidas al horario nocturno.
El pasado lunes 8 instituciones presentaron el “Plan Estratégico de Prevención de Embarazos en Adolescentes, hacia una política Nacional, con enfoques de género y derechos humanos”, para hacer frente a este grave problema, que sitúa a República Dominicana entre los cinco países del continente con el índice más alto en ese renglón. Las estadísticas dadas a conocer por las instituciones indican que 92 de cada mil mujeres que se embarazan en el país son adolescentes con alto índice de mortalidad materna.
Drama familiar y económico
En las comunidades fronterizas el embarazo en adolescentes es “una epidemia”, reproductora de la pobreza y la vulnerabilidad femenina. Así lo explicó la diputada Severina Gil, representante de Dajabón y presidenta de la Comisión de Niños, Niñas y Adolescentes de la Cámara de Diputados, quien observa cómo el fenómeno se expande sin limitaciones por su provincia. Ángela Pozo, diputada por Valverde, hace observaciones un poco más directas porque, como pediatra, a su consultorio han llegado niños paridos por “niñas” de doce años.
Ambas congresistas coinciden con la presidenta de la Comisión de Género, Magda Rodríguez, al proponer como respuesta al problema un aumento de la educación sexual que se imparte en las escuelas y colegios, con planes que resalten la presentación de los métodos anticonceptivos existentes en el mercado (condones, inyecciones, pastillas). Las legisladoras están conmovidas por el informe de Profamilia que coloca a República Dominicana entre los cinco países de la región con más altos índices de fecundidad entre jóvenes con edades de 15 a 19 años.
Piensan que, como la abstinencia sexual no podría ser un objetivo alcanzable, la sociedad debe dar a las estudiantes la formación necesaria. Según los datos más recientes de la Oficina Nacional de Estadística (ONE), el 37.2% de la deserción escolar de muchachas fue motivado por un embarazo. “De las adolescentes sexualmente activas entre los 15 y 19 años, sólo el 30.5% reportó que había utilizado algún método anticonceptivo. El 29.5% había utilizado métodos modernos, siendo los más usados la píldora (18.6%), el condón masculino (16.7%) y las inyecciones (8.7%)”.
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