martes, 28 de diciembre de 2010

Lula logra históricos avances en combate a miseria pero sin cerrar la brecha

RÍO DE JANEIRO.- El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, deja como legado a su sucesora, Dilma Rousseff, importantes avances sociales pero también mucho por hacer en áreas como salud, educación y saneamiento básico.

El éxito de los programas de Lula contra la pobreza, que permitieron que unos 25 millones de personas ascendieran a la clase media, explica la popularidad récord del 87% con la que se despide el presidente.

Lula mostró que es posible reducir las históricas desigualdades sociales de Brasil, uno de los países con mayor concentración de renta del mundo, pero aunque avanzó significativamente en la reducción de la pobreza no consiguió cerrar la brecha.

El mandatario no consiguió cumplir sus promesas de erradicar el analfabetismo, que en 2009 afectaba al 9,7% de la población con más de 15 años, de aumentar la inversión pública en la salud y de mejorar el saneamiento básico en un país en el que 32 millones de viviendas aún carecen de alcantarillado.

Lula sí consiguió reducir el hambre y la pobreza con la implantación del Programa Bolsa Familia, un subsidio que el Estado distribuye entre las familias de menores recursos y que el gobernante, una vez deje la presidencia, pretende presentar como modelo para otros países en desarrollo.

Según el balance de sus ocho años de Gobierno que Lula registró en una notaría a mediados de diciembre, ese subsidio es distribuido actualmente a 12,7 millones de familias con una renta mensual inferior a 80 dólares.
El subsidio, que beneficia a unos 50 millones de personas, varía desde los 13 hasta los 117,6 dólares mensuales, según las necesidades.

Los recursos destinados al programa aumentaron desde siete mil 500 millones de reales (unos 4,412 millones de dólares) en 2006 hasta 13,000 millones de reales (unos 7,647 millones de dólares) en 2010.

Según el balance del Gobierno, en 2002, antes de que Lula asumiera su primer mandato, había en Brasil 55 millones de personas bajo la línea de pobreza, de los cuales 24 millones estaban en condición de miseria.

Los programas sociales del Gobierno y el buen ritmo de la economía brasileña permitieron que la pobreza se redujera desde el 35% en 2002 hasta el 24,1% en 2008, y que el de miseria cayera desde el 13,7% hasta el 6,6% en el mismo período, según el estatal Instituto de Pesquisa Económica Aplicada (IPEA).

Al ritmo actual, Brasil puede erradicar la miseria en 2016 y alcanzar ese año índices de pobreza propios de los países desarrollados, según una proyección optimista del IPEA basada en datos oficiales.

El combate a la pobreza permitió que Brasil pasara a ser un país mayoritariamente de clase media, un segmento que subió del 37% en 2002 al 54% en 2009, lo que equivale a 103 millones de personas.

A esos éxitos también contribuyeron las políticas de generación de empleo, que permitieron la creación de 15 millones de puestos de trabajo formales en ocho años y la caída del desempleo desde el 10,5% en diciembre de 2002 hasta el 5,7% en noviembre pasado.
El índice de desempleo en Brasil se calcula con base en el número de personas que busca trabajo en las ciudades de Sao Paulo, Río de Janeiro, Belo Horizonte, Recife, Porto Alegre y Salvador, por lo que no incluye a los ya absorbidos por el sector informal.

Pero a pesar de los avances logrados en algunas áreas sociales, la educación sigue siendo una asignatura pendiente.

El analfabetismo sólo bajó del 11,8 al 9,7% entre 2002 y 2009, lo que significa que en el país hay todavía 14,1 millones de personas que no saben leer y escribir, y la tasa de escolaridad se mantuvo casi en el mismo nivel que la de Zimbabue (7,2 años de estudios).

Un reciente informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) situó a Brasil en el puesto 53 entre 65 países en los que fue evaluada la calidad de la educación primaria.

Por otro lado, en los ocho años del Gobierno de Lula el porcentaje de domicilios sin acceso a alcantarillado se redujo del 59 al 56% y el número de ciudades que ofrecen tratamiento a las aguas negras sólo subió de 2,630 en 2002 a 2,795 en 2008, de los 5,565 municipios que tiene el país.

No hay comentarios: