El Consejo Constitucional de Francia validó hoy la ley que autoriza en ese país el matrimonio entre personas del mismo sexo, que ya fue aprobada por el Parlamento.
La ley, una promesa electoral del presidente francés, François Hollande, permite también la adopción a las parejas de homosexuales y lesbianas, extremo que aprobó asimismo el Consejo, aunque subrayó que debe primar "el interés del niño".
Tras conocer la decisión, el presidente señaló que promulgará la ley mañana, sábado, tras varios meses de un debate que "ha suscitado muchas controversias, demasiadas", y en los que se han mostrado diferentes "sensibilidades" que el jefe del Estado respeta, según dijo a los medios de comunicación.
La Asamblea Nacional francesa aprobó el texto el pasado 23 de abril en un clima de multitudinarias manifestaciones de protesta, lo que llevó a la oposición conservadora a presentar el recurso sobre el que hoy se ha pronunciado el Consejo Constitucional.
Con la validación de esa instancia, se agota el desarrollo judicial de la ley, aunque el partido conservador Unión por un Movimiento Popular (UMP) aseguró en reiteradas ocasiones que celebrará un referéndum sobre la cuestión en caso de que gane las próximas elecciones presidenciales de 2017.
Por su parte, la ministra de Justicia, Christiane Taubira, celebró a través de un comunicado la decisión del Consejo y subrayó que la referencia al "interés del niño" se aplicará a las parejas homosexuales de igual forma que se aplica a las heterosexuales.
Para las asociación de gays, lesbianas, bisexuales y transexuales Onter-LGBT, la nueva ley "abre derechos a las parejas homosexuales y a las familias homoparentales sin retirárselos a las demás".
Christine Boutin, presidenta del Partido Cristiano Demócrata y ministra de Familia durante el mandato del anterior presidente, Nicolas Sarkozy, señaló que la nueva manifestación de protesta convocada para el próximo domingo contra lo que en Francia se conoce como "matrimonio para todos" tiene "todo el sentido".
Sin embargo, no todos los conservadores comparten su rechazo a la ley y hay excepciones, como el caso de la que fuera la ministra de Sanidad de Sarkozy, Roselyne Bachelot, firme defensora del matrimonio entre parejas del mismo sexo.
"Lloro de alegría: soy una tonta", escribió en la red social Twitter.
La cara visible de esa protesta, la actriz y humorista Frigide Barjot, lamentó en declaraciones a la cadena de televisión "BFM TV" que el Consejo Constitucional haya hecho "el servicio mediático al Gobierno" y abogó por que el "matrimonio continúe garantizando la filiación humana y la identidad de cada uno".DE EFE
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