El equipo Cuba de béisbol doblegó ayer 3-0 a República Dominicana durante su segundo partido de la Copa Mundial de béisbol, que por estos días tiene lugar en varias ciudades de Panamá.
Los cubanos archivaron así su victoria 21 en 26 desafíos ante los quisqueyanos en la historia de estas competiciones y, de paso, tomaron desquite de los dos reveses sufridos ante sus adversarios de esta jornada en el premundial de hace un año en tierras puertorriqueñas.
La principal baza del triunfo del Cuba radicó sin duda en el hermetismo de sus lanzadores, aunque también fueron claves la férrea defensiva exhibida y el oportunismo de los bateadores en el séptimo episodio.
El partido devino electrizante duelo de lanzadores entre los derechos Miguel Alfredo González, por Cuba, y Willy Lebrón, por República Dominicana, quienes mantuvieron en un puño a sus rivales durante los cinco primeros capítulos del choque.
En el sexto, los cubanos corrigieron sus maneras de abanicar los envíos de Lebrón y mejoraron sobremanera sus prestaciones ofensivas, para deleite de la fanaticada que se congregó aquí en el estadio Rico Cedeño.
En ese inning, el serpentinero quisqueyano retiró con muchos problemas a los dos bateadores, antes que Frederich Cepeda disparara el primer hit de su equipo.
Acto seguido, Alfredo Despaigne falló en rodado al campo corto, sin embargo el defensor de esa posición Henry Mateo fue taladrado por la pelota y permitió que se embazara el fornido bateador.
A partir de ahí comenzó la debacle de los dominicanos pues Yulieski Gourriel disparó sencillo a la pradera izquierda, bueno para remolcar la primera carrera del choque, y a continuación Alexei Bell pegó doblete al jardín central propulsor de las otras dos anotaciones de la entrada.
Con esa ventaja 3-0, todo quedó servido para que Miguel Alfredo González obtuviera su primera victoria en la lid, su cuarta en este tipo de certámenes, mientras el derecho Yadier Pedroso se adjudicó punto por juego salvado, al trabajar impecablemente el octavo y noveno episodios, con cuatro ponches recetados.
La actuación de González deslumbró a propios y extraños, pues en siete capítulos mantuvo en todo momento una velocidad crucero superior a las 93 millas por hora, que le permitió ponchar a cinco oponentes y soportar solo tres imparables. Por los ganadores los mejores bateadores fueron Gourriel y Bell, máximos responsables de las carreras del triunfo.
El partido estuvo repleto de impactantes jugadas a la defensiva. La más brillante de todas la protagonizó el inicialista cubano José Dariel Abreu, quien con hombres en tercera y segunda fildeó un rodado a mano limpia y tiró al plato para poner out y abortar la que hubiera sido la primera carrera del encuentro.
Con esta victoria, Cuba conservó el primer lugar del grupo B, con foja perfecta de dos y cero, mientras los dominicanos suman un éxito y un revés.
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