Dijo que los excesos no justifican su misión de perseguir el crimen y proteger a la ciudadanía
El nuncio apostólico, monseñor Jozef Wesolowski, proclamó ayer que “es necesario” que la Policía Nacional “pare la sangre y los excesos en los barrios pobres”, durante la misa solemne con motivo de la celebración del día de San Judas Tadeo, patrono de la institución del orden.
El representante del Sumo Pontífice dijo además, durante el sermón que pronunció en la catedral de Santo Domingo, que los excesos y el derramamiento de sangre no justifican su misión de perseguir el crimen y proteger a la ciudadanía.
Acudieron al servicio religioso los miembros de la Plana Mayor de la Policía y decenas de oficiales superiores y subalternos, con excepción del jefe, mayor general José A. Polanco Gómez, quien se encuentra de viaje y fue representado por el subjefe, Víctor Campusano Jiménez.
Asimismo, asistieron el ministro de las Fuerzas Armadas, teniente general Joaquín Virgilio Pérez Féliz, los jefes de Estado Mayor de la Marina, Nicolás Cabrera Arias, y de la Fuerza Aérea, Gilberto Delgado, así como los viceministros, mayores generales Carlos A. Rivera Portes; Homero Luis Lajara Solá, y Carlos Altuna Tezanos.
El Nuncio destacó los progresos y la profesionalización de la Policía en las áreas de investigación así como en la prevención y la persecución del delito, “la labor de prevención del crimen y protección a la ciudadanía se realiza cada vez con más eficacia”, no obstante, subrayó que es necesario que todos se enfoquen en la unidad y en su misión de defender la ciudadanía, resguardar los pueblos y ciudades, y no actuar movidos por intereses personales.
Abogó por que se realice una verdadera depuración en las filas de la institución y que los agentes sean formados en el respeto a la ley y los derechos humanos: “Continuar su depuración en todos sus niveles y también romper con la cadena de sangre y exceso frente a la población más pobre”. añadió.
Enfatizó que en la policía hay oficiales buenos, responsables y heroicos que la enaltecen, pero que hay otros que la deshonran.
Asimismo el subjefe de la Policía, general Víctor Antonio Campusano Jiménez, llamó a los policías a que “imiten” a San Judas Tadeo y hagan su trabajo con “honor ante la delincuencia”.
El representante del Sumo Pontífice dijo además, durante el sermón que pronunció en la catedral de Santo Domingo, que los excesos y el derramamiento de sangre no justifican su misión de perseguir el crimen y proteger a la ciudadanía.
Acudieron al servicio religioso los miembros de la Plana Mayor de la Policía y decenas de oficiales superiores y subalternos, con excepción del jefe, mayor general José A. Polanco Gómez, quien se encuentra de viaje y fue representado por el subjefe, Víctor Campusano Jiménez.
Asimismo, asistieron el ministro de las Fuerzas Armadas, teniente general Joaquín Virgilio Pérez Féliz, los jefes de Estado Mayor de la Marina, Nicolás Cabrera Arias, y de la Fuerza Aérea, Gilberto Delgado, así como los viceministros, mayores generales Carlos A. Rivera Portes; Homero Luis Lajara Solá, y Carlos Altuna Tezanos.
El Nuncio destacó los progresos y la profesionalización de la Policía en las áreas de investigación así como en la prevención y la persecución del delito, “la labor de prevención del crimen y protección a la ciudadanía se realiza cada vez con más eficacia”, no obstante, subrayó que es necesario que todos se enfoquen en la unidad y en su misión de defender la ciudadanía, resguardar los pueblos y ciudades, y no actuar movidos por intereses personales.
Abogó por que se realice una verdadera depuración en las filas de la institución y que los agentes sean formados en el respeto a la ley y los derechos humanos: “Continuar su depuración en todos sus niveles y también romper con la cadena de sangre y exceso frente a la población más pobre”. añadió.
Enfatizó que en la policía hay oficiales buenos, responsables y heroicos que la enaltecen, pero que hay otros que la deshonran.
Asimismo el subjefe de la Policía, general Víctor Antonio Campusano Jiménez, llamó a los policías a que “imiten” a San Judas Tadeo y hagan su trabajo con “honor ante la delincuencia”.
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