A pesar de que los ocupantes de la parte de atrás de esta casona en la Isabel la Católica, Santa Bárbara, han hecho arreglos, se está cayendo. En esta viven 9 familias y sus dueños la abandonaron hace 30 años. HOY/PABLO MATOS
Al interior de viejas casonas se mezclan los residuos arquitectónicos del pasado y los esfuerzos de familias pobres por poner remiendos a sus ruinosos hábitats.
Detrás de las fachadas de las viejas casonas coloniales, en Santa Bárbara, se esconden las ruinas, las huellas de lo que fueron en siglos pasados, y las familias que las ocupan y las llenan de remiendos para hacerlas habitables.
Esas familias, ante el temor de que los techos y las viejas paredes les caigan encima, dicen que es urgente que el Gobierno acuda en su auxilio.
“Cuando me acuesto y miro hacia arriba, me da miedo y pido a Dios que me proteja”, expresa Daysi Bautista, quien lleva 26 años viviendo en un deteriorado edificio en la Isabel La Católica, cerca de la iglesia de Santa Bárbara.
Fray Santiago Bautista pidió ayer al Gobierno que asuma la responsabilidad de esas casonas, y recordó que estos son considerados monumentos y declarados patrimonio universal.
Algunas de las personas que viven allí han nacido en esas casas, y como tal han desarrollado todas sus actividades en la Ciudad Colonial, razón por la cual se resisten a abandonar su hábitat.
Daysi Bautista comparte el espacio con nueve familias. Se trata de un área del segundo piso del edificio marcado con el número 405, de la Isabel La Católica casi esquina España.
Este inmueble forma parte de un conjunto de casonas que presentan un avanzado deterioro.
“A veces yo me acuesto con mucho miedo, principalmente cuando está lloviendo, porque temo que se caiga el techo o alguna pared, pero encomiendo al Señor, porque la situación económica es difícil. Yo vivo de un pequeño negocio en el mercado de las pulgas”, afirmó Daysi.
En la primera planta funcionan pequeños negocios, tales como bancas de lotería, una imprenta y talleres, y según explica Domingo Díaz Francisco, uno de los inquilinos, ellos están en disposición de negociar su salida del edificio.
En la casa 396 hay colocado un cartel de la dirección Nacional de Patrimonio Cultural en el que se advierte que el inmueble está en deterioro, pero a pesar de eso hay otro letrero ofreciéndolo en venta.
Varias familias residen en la parte de atrás de la casa número 354 de la calle Isabel La Católica.
Sólo fachada
Feliciano Rodríguez, miembro de una de las nueve familias que desde hace varios años ocupan la casa 354 de la Isabel la Católica, dijo que hace alrededor de tres años que las autoridades de Patrimonio Monumental y del Ayuntamiento del Distrito Nacional pasaron por esas casas para hacer un inventario, tomar fotos con fines de tomar acción en su rehabilitación, pero al parecer todo se quedó en simples planes.FUENTE PERIODICO HOY
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