Miles de simpatizantes del gobierno venezolano colmaron el domingo una plaza del oeste de la capital para rechazar las sanciones que Estados Unidos impuso a la petrolera estatal del país, una medida que el presidente Hugo Chávez ha usado para despertar sentimientos nacionalistas e impulsar su popularidad.
Los partidarios de Chávez marcharon por varias calles de Caracas ondeando la bandera nacional y gritando "el pueblo unido jamás será vencido", para después congregarse en una plaza donde escucharon discursos de las autoridades en respaldo a Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA).
"Con Venezuela nadie se mete", "Venezuela se respeta", dijo a la multitud el Ministro de Energía Rafael Ramírez.
El funcionario ha asegurado que los cargamentos de crudo pesado seguirán fluyendo a las filiales de PDVSA en Estados Unidos, pero que no puede garantizar embarques a otras empresas privadas. Venezuela es uno de los principales proveedores del mercado estadounidense de petróleo.
Las sanciones bloquean la posibilidad de que PDVSA suscriba contratos con el gobierno estadounidense, reciba financiamiento de ese país para importaciones y exportaciones y obtenga licencias de exportación de tecnología sensible, pero no impiden la venta de petróleo.
Chávez ha tratado por años de diversificar los clientes del crudo del país, aumentando las exportaciones hacia China y otros países. Ramírez ha insinuado que la petrolera podría acelerar esas iniciativas para reducir la dependencia del país de Estados Unidos.
Washington sancionó a PDVSA y otras seis empresas extranjeras por hacer negocios con Irán. El Departamento de Estado dijo que la petrolera venezolana envió a Irán por lo menos dos cargamentos de productos refinados de petróleo por unos 50 millones de dólares entre diciembre de 2010 y marzo de 2011.
La oposición venezolana también ha criticado las sanciones, pero Chávez y sus simpatizantes han tratado de hacer ver que las han aplaudido.
"Ellos son peones del imperio", dijo mientras marchaba Edgar Torres respecto a los políticos que adversan a Chávez. "A ellos no les importa nada nuestro país", agregó.
Estados Unidos es el principal comprador del petróleo venezolano, y el Gobierno de Chávez depende fuertemente de los 4.000 millones de dólares que gana anualmente PDVSA para ejecutar los programas sociales que destina a los pobres.
Analistas de la industria afirman que las sanciones no afectarán el negocio de PDVSA porque no bloquean la venta de petróleo a Estados unidos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario