El juez encargado del caso, Mario Carroza, que también encabeza la investigación para aclarar la muerte del presidente Salvador Allende (1970-1973), ordenó que se realicen todas las diligencias solicitadas por el PC, entre otras que se cite a declarar al conductor del poeta, Manuel Araya Osorio.
El relato oficial de los hechos, aceptado por la familia de Neruda, indica que el literato falleció en la clínica santiaguina Santa María debido a un avanzado cáncer de próstata el 23 de septiembre de 1973, doce días después del golpe de Estado que derrocó a su amigo el presidente Allende.
Sin embargo, Manuel Araya, chófer y asistente personal de Neruda, declaró recientemente en una entrevista a la revista mexicana "Proceso" que el poeta murió asesinado con una inyección que le aplicó un médico y no debido a un empeoramiento del cáncer que padecía.
En la querella se establece que Araya es una "persona cuya declaración es esencial para el establecimiento de los hechos", por lo que se le requiere para que a la brevedad ponga a disposición del tribunal todos los antecedentes de los que disponga.
Además, el juez determinó incautar la ficha clínica, los antecedentes relacionados con el ingreso de Neruda en la Clínica Santa María y la ficha médica con los exámenes de control que el poeta se practicó en 1973 en la Clínica Alemana de Santiago.
También se le solicitó al Registro Civil que entregue los documentos que disponga relacionados con la inscripción de la defunción del literato, en especial el certificado médico con el que se practicó la inscripción.
Por último, el juez ordenó a la Policía de Investigaciones que indagué todo lo referente al caso.
El abogado Eduardo Contreras, quien entregó la querella junto al presidente del PC, el diputado Guillermo Teillier, consideró el pasado martes, al presentar la acción judicial, que existe una "duda legítima" sobre la muerte de Neruda que justifica "ética, moral y judicialmente" la presentación de la misma.
Al testimonio del asistente personal del poeta, dijo Contreras, se suma el del entonces embajador de México, Gonzalo Martínez Corbalá, quien estuvo junto a Neruda el día antes de su muerte.
Según el letrado, el diplomático mexicano sostiene que Neruda "podía conversar tranquilamente" y caminaba sin problemas por la habitación de la clínica Santa María mientras preparaba su salida al exilio en México.
El letrado consideró que la posibilidad de que el premio Nobel de Literatura fuera asesinado por agentes de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) tiene base porque "en el exilio hubiera sido algo muy difícil" para el régimen.
Contreras también señaló que solicitarían la exhumación de los restos del poeta, que reposan en la casa de éste en Isla Negra, si la Justicia Chilena admitía a trámite la querella. EFE
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