La temporada ciclónica se inicia hoy en el Atlántico y las instituciones que tienen que ver con el tema ya han dado a conocer sus previsiones para los próximos seis meses.
El Proyecto de Meteorología Tropical de la Universidad Estatal de Colorado pronostica la formación de 16 tormentas nombradas, de las cuales entre ocho y nueve podrían alcanzar la categoría de huracanes. De su lado, el Centro Nacional de Huracanes de Miami prevé que en el Atlántico se formarán entre 12 y 18 tormentas nombradas.
En resumen, se espera una temporada activa, aunque menos que la del año pasado, cuando hubo un total de 19 tormentas nombradas, de las cuales ninguna impactó directamente el territorio dominicano.
Pero eso no debe dar pie a descuidos. Como explica la directora de la Oficina Nacional de Meteorología (Onamet), Gloria Ceballos, “no importa que una temporada ciclónica sea más o menos activa, lo importante es que como país estemos preparados”.
Y es que aunque llegara a formarse un solo ciclón, si éste toca suelo dominicano, puede provocar daños importantes, especialmente en zonas proclives a inundaciones.
Como mayo trajo consigo una cantidad de precipitaciones que hace mucho tiempo no se reportaba, los suelos están saturados y, por seguridad, las personas que viven a orillas de ríos, arroyos y cañadas tienen que mantenerse atentas al discurrir de la temporada de huracanes.
Preparativos
Las expectativas de una temporada con menos ciclones obedece a la desaparición del fenómeno conocido como “La Niña”, un enfriamiento de las aguas del Pacífico ecuatorial que se equilibraba con el calentamiento de las aguas del Atlántico. Y un calentamiento de las aguas de la cuenca atlántica significa la formación de más tormentas tropicales en dicha zona.
“Ya ‘La Niña’ ha ido desapareciendo óexplica la directora de la Onametó y se espera que para principios de junio ya no tendremos este evento, sino un evento neutro, por eso esta temporada ciclónica se perfila activa pero no tanto como la del año pasado”.
Para la Onamet, sin embargo, las medidas preventivas se inician mucho antes de junio.
Los primeros meses del año, cuando hay sequía, la institución aprovecha para dar mantenimiento a las estaciones meteorológicas óunas 73 distribuidas en todo el territorio nacionaló.
“En los aeropuertos hemos desarrollado un trabajo más completo porque estamos bajo la supervisión permanente de auditorías que la OACI (International Civil Aviation Organization) hace al Instituto Dominicano de Aviación civil”, comenta Ceballos, quien llegó a la Onamet en 1979.
Según la Ley 147-02 Sobre Gestión de Riesgos, la Onamet es el organismo técnico-científico que activa las alertas ante algún fenómeno hidrometeorológico y, por eso, al acercarse junio, esta institución revisa y actualiza su plan operativo.
Nuevas tecnologías
El bombardeo de información al que está sometido el público en internet y las redes sociales puede convertirse en una “competencia” para la Onamet, admite su directora, quien añade que, debido a ello, el organismo ha tenido que “avisparse” y ya cuenta, por ejemplo, con usuario en Twitter (@onamet), desde donde reporta las condiciones del tiempo.
Pero respecto a la posibilidad de sacar más provecho a estas herramientas, Ceballos señala que la población con acceso a ellas no es ni la mayoría ni aquella que vive en las zonas más vulnerables.
“Uno cree que es muy numerosa, pero en realidad es mínima”, asegura.
ENLACE ASOCIACIÓN REGIONAL IV
Según Gloria Ceballos, la población cree erróneamente que la Onamet “copia” los reportes del Centro de Huracanes de Miami. La realidad —explica— es que la Organización Meteorológica Mundial tiene seis asociaciones regionales y en Miami se encuentra el centro especializado de la Regional IV, a la cual pertenece República Dominicana.
El Centro Nacional de Huracanes de Miami envía los aviones caza huracanes cuando los satélites detectan un fenómeno atmosférico en aguas del Atlántico.
“Nosotros no podemos salir dándole la categoría de huracán a un fenómeno atmosférico hasta tanto el centro de Miami no certifique que lo es”, aclara Ceballos. “Sí tenemos que mantener una comunicación fluida cuando el fenómeno va a afectar el territorio nacional porque los que conocemos el territorio nuestro somos nosotros”.
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