Ante unos 20,000 fieles que asistieron en la plaza de San Pedro de El Vaticano a la audiencia pública de los miércoles, el Pontífice habló de la oración y puso como ejemplo a Moisés, quien, según las Escrituras, hablaba con Dios como quien habla con un amigo.
El Obispo de Roma recordó cuando Moisés después de 40 días de ayuno en el Monte Sinaí para recibir las Tablas de la Ley bajó y se encontró con el becerro de oro que se había construido su pueblo.
"Cansado de un camino con un Dios invisible y con el mediador, Moisés, que ha desaparecido, el pueblo pide una presencia tangible, palpable, del Señor y la encuentra en el becerro de oro, un dios accesible, manejable, a la mano. Esa ha sido una tentación constante en el hombre", manifestó el papa.
Benedicto XVI agregó que el hombre siempre ha pretendido "construir un dios comprensible, que responda a sus propios esquemas, a sus proyectos" y que lo que ocurrió en el Sinaí muestra toda la estupidez y la ilusoria vanidad de esa pretensión, ya que pretendieron cambiar la gloria (de Dios) por la figura de un toro que come hierba".
El papa agregó que ante esa infidelidad, Dios le dijo "deja que mi ira se encienda" contra ese "pueblo terco" y que con esa frase insta a la intercesión de Moises "revelando así que el deseo de Dios es siempre la salvación, el perdón y la misericordia".
Benedicto XVI agregó que Dios "no puede fracasar en su intento de salvar al hombre, debe permanecer fiel a su promesa".
A la audiencia asistieron vario miles de polacos, ante los que recordó la figura del beato papa Juan Pablo II, destacando que fue "un amigo de los jóvenes, un extraordinario peregrino de fe".
En su saludo a los croatas presentes, Benedicto XVI recordó que el próximo fin de semana (4 y 5 de junio) visitará Croacia, con motivo de la Jornada de las Familias Católicas Croatas, y les pidió que recen por él para que el viaje dé muchos frutos espirituales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario