El gineco-obstetra Mario Lama denunció que una gran cantidad de productos farmacológicos se venden en el mercado nacional sin ningún tipo de regularización, y que se apoyan en masivas campañas publicitarias.
Y lo que es peor, entiende el conductor de La Rezeta Médica, es que se mercadean y anuncian sin ningún tipo de regulación, pese a que en República Dominicana existe la entidad Industrias Farmacéuticas Dominicana (INFADOMI), institución que se encarga de supervisar todos los medicamentos que se venden.
Lama afirmó que en República Dominicana se está estableciendo un negocio muy lucrativo con medicamentos del que no se conoce quiénes son ni dónde están, pero que anuncian diferentes productos que sirven, por ejemplo, para bajar de peso y para la eyaculación precoz, pero que cuando alguien lee las indicaciones de uso de “X” medicamento no te dicen cuál es la sustencias que contiene o a qué laboratorio pertenece.
Mario Lama dice que tampoco hablan del número de registro industrial ni quién o quiénes los distribuyen, pero que los ciudadanos tiene la confienza de consumirlo por el simple hecho de que sean publicitado en un medio de comunicación.
Sin embargo, el especialista entiende que es importante conocer qué tipo de producto médico es, qué sustancias tiene, conocer si está aprovado y cuáles son los soportes de dicho medicamento.
Observó que muchos medicamentos también tienen las indicaciones en inglés, un idioma muy poco conocido por los dominicanos, en especial, los más adultos.
Dijo que no sabe si son malos, pero que tampoco puede afirmar si son buenos, porque no conoce el registro.
El ginecólogo advierte de graves consecuencias del consumo inadecuado de antibióticos, como la resistencia bacteriana y reacciones adversas a los propósitos que busca al comprar un medicamento.
Las leyes del país criminalizan la producción y venta de medicamentos adulterados, al tiempo que ordenan “la clausura temporal o definitiva de un establecimiento” que se dedique a esta práctica ilegal.
El artículo 3 de la Ley 22-06 establece que “sin perjuicio de las otras sanciones previstas en esta ley, y de conformidad con lo establecido en ella y sus reglamentaciones, el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social podrá ordenar la clausura temporal o definitiva de un establecimiento dedicado a la producción, elaboración, almacenamiento, refrigeración, envases, transporte, distribución, comercialización y expendio de artículos alimentarios, medicamentos o similares en que se infrinja algunas de las disposiciones de esta ley”.
Igualmente, agrega que las autoridades confiscarán “y si es necesario, destruirá o incinerará los productos deteriorados, adulterados, contaminados, vencidos, falsificados y los que sean descriptos falsa o erróneamente”.
El doctor Lama citó que en otros países es más eficiente la publicidad farmacológica, ya que publican hasta los efectos secundarios que producen esos medicamentos.
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