WASHINGTON, (AP).- Un acuerdo de último momento para reducir en unos 38.000 millones de dólares el gasto federal evitó el sábado el cierre parcial del gobierno, la primera prueba crucial de un gobierno estadounidense dividido.
Los negociadores de la Casa Blanca y el Congreso acordaron un plan para seguir financiando las funciones federales hasta el 30 de septiembre, cuando concluye el año fiscal del 2011 iniciado el primero de octubre, con una reducción de 38.500 millones de dólares, en un presupuesto superior a los 1,3 billones (correcto), aunque sin especificar qué programas serían reducidos y en qué cuantía.
Los legisladores aprobaron luego una medida para seguir financiando el gobierno unos días más mientras son concretados los detalles del nuevo proyecto de ley.
Su aprobación final se espera para mediados de la próxima semana. El presidente Barack Obama promulgó el sábado una ley de corto plazo que pagará por las operaciones federales hasta el viernes.
"Los estadounidenses de diferentes opiniones se han vuelto unir", comentó Obama en la Casa Blanca previamente. El mandatario había advertido que el cierre perjudicaría la incipiente recuperación económica al dejar sin trabajo a unos 800.000 empleados gubernamentales.
En juego estaban importantes consecuencias políticas en relación con los comicios presidenciales y legislativos del próximo año.
Durante la presidencia de Bill Clinton, los republicanos cargaron con la mayor parte de la culpa, aunque no era seguro que volviera a ocurrir esta vez. Desde que se hicieron cargo del control de la cámara baja en enero, los republicanos prometieron reducir el gasto federal y el déficit presupuestario.
Los demócratas los acusaron de intentar hacerlo a costa de los sectores menos privilegiados. El acuerdo fue negociado por Obama, el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, y el líder de la mayoría demócrata en el senado, Harry Reid. Poco después de la medianoche, el director de presupuesto de la Casa Blanca Jacob Lew ordenó por escrito a los organismos federales que continuaran trabajando.
Los republicanos de la Cámara de Representantes piensan aprobar en las próximas semanas un presupuesto para el 2012 que alterarán los programas médicos de los jubilados y menesterosos para controlar el creciente déficit presupuestario.
En la respuesta radial republicana, el presidente de la Comisión Presupuestaria de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, advirtió que se avecina una crisis.
"A no ser que actuemos pronto, el gasto gubernamental en cuidados médicos y programas para los jubilados acaparará el monto que iba a ser destinado a todo lo demás servicios, incluyendo la seguridad nacional.
Literalmente se comerá cada centavo de cada dólar obtenido con los impuestos federales solamente para pagar esos programas", insistió el sábado Ryan.
La Tesorería advirtió al Congreso que debe aumentar el tope de la deuda para mediados de año. Los republicanos esperan usar el tema a fin de obligar a Obama a aceptar reducciones del déficit a largo plazo.
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