La revista de la Sociedad Estadounidense del Cáncer indicó que el estudio, dirigido por Ulrike Boehmer, de la Escuela de Salud Pública en la Universidad de Boston (Massachusetts), enfatiza en la necesidad de programas y servicios específicos para la atención de sobrevivientes del cáncer que sean homosexuales o bisexuales.
Hasta ahora en los estudios sobre pacientes de cáncer no se han hecho preguntas sobre la orientación sexual y por ello había poca información acerca de cuántos de esos sobrevivientes se identifican como homosexuales o bisexuales.
Bohemer y su equipo examinaron las tasas de supervivencia por orientación sexual en California, e investigaron cómo la salud de los sobrevivientes difiere según su orientación sexual.
El estudio incluyó datos obtenidos de la Encuesta de Salud de California en 2001, 2003 y 2005, la mayor recolección de datos de salud en un Estado del país.
En la encuesta un total de 7.252 mujeres y 3.690 hombres indicaron que habían tenido un diagnóstico de cáncer siendo adultos.
Los investigadores no encontraron diferencias significativas en la incidencia del cáncer según la orientación sexual entre las mujeres, pero las lesbianas y bisexuales resultaron de 2 a 2,3 veces más propensas a dar cuenta de una salud regular o mala, en comparación con las sobrevivientes de cáncer heterosexuales.
Entre los hombres, los homosexuales resultaron 1,9 veces más propensos al cáncer que los heterosexuales. Pero las condiciones de salud de los supervivientes no difirieron significativamente según su orientación sexual.
“Esta información podría usarse para el desarrollo de servicios para la población homosexual y bisexual”, dijo Boehmer, añadiendo que, en concreto, “necesitamos programas para los homosexuales enfocados en la prevención y en la detección temprana del cáncer”.
“Y dado que más mujeres lesbianas y bisexuales con cáncer indican que tienen mala salud, necesitamos programas y servicios que mejoren el bienestar de esas sobrevivientes”, dijo.
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