El juez español Baltasar Garzón, expulsado de la carrera judicial desde el mes pasado, ha afirmado que seguirá trabajando "en favor de las víctimas y por la transparencia" allá donde esté.
Garzón, el juez español más conocido internacionalmente, fue condenado el 9 de febrero pasado por el Tribunal Supremo español a 11 años de inhabilitación por unas escuchas en la cárcel entre los acusados de una gran red de corrupción y sus abogados.
A través de una carta leída hoy por su hija María en la ciudad española de Valladolid (centro), el magistrado que ordenó la detención del ya fallecido exdictador chileno Augusto Pinochet, afirma que continuará "hasta acabar con la lacras que destruyen al ser humano".
La misiva fue leída en el acto de entrega del premio "Dignidad y Coraje", concedido al magistrado por un movimiento vecinal surgido en Valladolid para combatir el tráfico de drogas.
El magistrado, que no pudo acudir a recibir el premio por encontrarse en Argentina, agradece la concesión del galardón a "alguien que, si algún valor tiene, es dar treinta años de su vida al servicio de la sociedad a través de la justicia".
El premio ha sido recogido por su hija, su "mejor embajadora", como la define en la carta, y su esposa, Rosario Molina.
María Garzón agradeció un apoyo que, en estos momentos, "se siente más que nunca" y afirmó que su padre es un "hombre bueno, idealista y sobre todo trabajador".
Añadió que el magistrado está "planteándose su futuro y los pasos legales que tiene que dar".
"Dentro de la desilusión que puede tener por la idea que había tenido de justicia, está fuerte", añadió.
Con este galardón, que ya va por su sexta edición, la Coordinadora contra el Narcotráfico del barrio de Pajarillos quiere reconocerle como uno de los primeros jueces que desde la Audiencia Nacional española emprendió una lucha rigurosa contra el entramado criminal del narcotráfico.
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