Presidente Lobo dice busca facilitar retorno de Zelaya a Honduras

AP
Tegucigalpa

El presidente Porfirio Lobo informó que los poderes del Estado buscan una salida legal para el retorno seguro a Honduras del derrocado mandatario Manuel Zelaya, refugiado desde enero en República Dominicana.

"Aunque él (Zelaya) no quiere venir porque ya lo hubiese hecho, buscamos que su caso se resuelva lo más pronto posible", dijo el lunes el gobernante al canal 5 de televisión.

Informó que la situación "es analizada con muy buena voluntad" por los presidentes del Congreso, Juan Arnaldo Hernández, y de la Corte Suprema, Jorge Rivera, y el fiscal general, Luis Alberto Rubí.

Zelaya fue derrocado en junio de 2009 y expulsado por los militares a Costa Rica por intentar convocar una Constituyente.

"Lo que pretendemos es que Zelaya vuelva al país sin la amenaza de ser arrestado para que se defienda en libertad de los cargos que se le imputan... todos buscamos una salida sin que se viole la ley", señaló.

Lobo recordó que "si Zelaya hubiera querido, ya estaría en Honduras porque hace cuatro meses le ofrecí ir a traerlo a Santo Domingo y rechazó mi iniciativa". Al asumir Lobo, en enero, otorgó a Zelaya un salvoconducto para que se fuera a República Dominicana.

El asesor presidencial en asuntos legales, José Palacios Moya, reveló que "la situación de Zelaya surge por una exigencia internacional".

"Casi todos los presidentes de América Latina y Europa presionan a Honduras para que arregla el problema de Zelaya, que es complicado", afirmó Palacios Moya a Radio América.Indicó que "la comunidad internacional mira el caso de Zelaya como de persecución política, pero no es eso. Y hay que buscar una salida legal".

La Organización de los Estados Americanos mantiene suspendida a Honduras de su seno a raíz del golpe.

El gobernante derrocado ha dicho públicamente que no vuelve a Honduras porque existen tres órdenes de arresto en su contra. La fiscalía lo ha encausado por siete delitos, cuatro de carácter político y tres por corrupción.

Tras su expulsión, Zelaya regresó subrepticiamente y se refugió por más de tres meses en la embajada de Brasil en Tegucigalpa.