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Alejandro Figueroa la mató de un balazo en la cabeza al entregarle un ramo de flores
NUEVA YORK._ Una gran conmoción ha causado el asesinato y suicidio de una pareja dominicana, en cuya tragedia, Alejandro Figueroa mató de un disparo en la cabeza a Guimmia Villa y luego se quitó la vida dándose un tiro también en la nuca en su apartamento de Long Island City (Queens). La víctima emigró a los seis años de edad desde la República Dominicana a Estados Unidos y en los últimos 10 años, tuvo que ser sometida a dos trasplantes de riñón, según dijo su tío Luis Villa. Su madre, Reyna Villa lloraba desconsoladamente y lamentaba el que Guimmia sobrevivió dos veces y murió rápidamente a manos de su asesino. Figueroa la asesinó a las 3:45 de la tarde dentro de la farmacia y en presencia de compañeros de trabajo y clientes del negocio.
El matador, que era un chofer de grúas desempleado, fue filmado por la cámara de seguridad de la farmacia en el momento en el que cometía el homicidio. Hasta seis meses, la pareja había vivido en un proyecto de viviendas municipal junto a la madre de la víctima, después de mudarse a Flushing (Queens) huyéndole a su victimario.
La pareja se separó hace dos años luego de estar juntos por ocho y estaban enfrascados en el divorcio, con un historial de violencia doméstica en el que la policía tuvo que intervenir varias veces. Frecuentemente, el hombre trataba de abrir la puerta del apartamento de Guimmia a patadas, exigiendo ver a sus hijos, recordó la madre de la dominicana. En diciembre del 2009, se intercambiaron mensajes de texto en los que se ofendieron y días después Figueroa regresó a la casa y fue arrestado.
Ella pidió a los vecinos del edificio en el que vivía que si veían a Figueroa que llamaran a la policía, pero nunca les mostró una fotografía. El dominicano fue arrestado en 1994 por intento de asesinato y condenado a ocho años en la cárcel.
Previo a esa sentencia, había sido condenado por narcotráfico, robo, posesión criminal de armas e intento de robo.El asesino suicida de 38 años de edad, era un ex convicto que había estado en la cárcel por narcotráfico, violencia doméstica y posesión ilegal de arma de fuego. Antes de ultimar a su ex compañera sentimental con la que había procreado dos hijos, Figueroa, la había maltratado físicamente por lo que la Corte de Familia emitió dos órdenes de alejamiento en su contra: una en el condado Nassau y otra en Queens. La primera fue en el 2009 y expiró en abril del 2010 y la segunda venció en enero del 2011.
A pesar de la restricción, el victimario seguía asediando a la mujer, una farmacéutica dominicana graduada en la universidad del condado de Nassau y que trabajaba desde el 2009 en la farmacia “Media Luna Roja”, donde su ex marido la mató al estilo ejecución de un balazo en la cabeza, cuando le llevó un ramo de rosas amarillas y rojas.
“Te amaré para siempre”, le dijo, según testigos Figueroa a su ex mujer, la que creyó que él le entregaría sin problemas las flores, pero aprovechó el momento, víspera de San Valentín para darle el disparo mortal. Horas después apareció muerto en su apartamento. El cadáver fue hallado por la policía que dijo que el dominicano se dio un tiro en la cabeza.
La pareja dominicana había procreado dos hijos, Alexander de 9 y Nelson de 6 años de edad. El asesinato ha causado una gran conmoción entre familiares y allegados de la pareja, compañeros de trabajo de Villa y vecinos del área donde está situada la farmacia.
Con el balazo, según los investigadores, Figueroa le voló los sesos a la mujer y antes de asesinarla le había dado una paliza hacía dos semanas atrás, según explicó el fiscal de distrito de Queens Richard Brown. También la amenazó con matarla si ella no regresaba con él.
Yahaira Villa, hermana de la víctima y con 28 años de edad dijo que Figueroa estaba muy enojado porque Guimma lo había rechazado y no quería volver a la relación. El viernes anterior, el asesino amenazó a su ex compañera y le exigió que le dejara ver a sus hijos.
La víctima había enviado varios mensajes de texto a sus familiares en los que les decía explicaba las presiones de su ex marido para ver a sus hijos y las amenazas que profería contra ella. En uno de esos mensajes, el hombre le advertía que si no lo dejaba estar con los dos niños en la mañana, “algo va a suceder”.
El lunes, días antes del asesinato, Villa fue a la Corte de Familia en Queens para renovar una orden de alejamiento.
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