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NUEVA YORK._ Un afro americano, hijo adoptivo de una familia puertorriqueña de Filadelfia, fue acusado por los fiscales federales de ser un asesino en serie que estranguló a tres mujeres blancas y con dos de las víctimas tuvo relaciones sexuales después de muertas. Antonio Rodríguez, sindicado por los investigadores como el escalofriante necrófilo y “Estrangulador de Kensington”, por haber sido en ese sector que cometió los homicidios y violaciones sexuales, enfrenta la pena de muerte.
El periódico Philadelphia Inquirer relató en su edición de ayer miércoles que Rodríguez, admitió los horrorosos asesinatos en confesiones firmadas por él a los investigadores. El acusado tiene 22 años de edad y fue capturado luego que la policía recibiera llamadas anónimas de residentes de Kensington, vinculándolo a los asesinatos.
Ayer, fue presentado en una audiencia preliminar en la que se declaró “no culpable” de los homicidios. Pero en su declaración a los interrogadores, les dijo que se acercó a las mujeres, tratándolas como “prostitutas” y estuvieron de acuerdo en tener relaciones sexuales con él, pero cada encuentro dio un giro violento.
Entre las víctimas está la estudiante de enfermería Elaine Goldberg de 21 años, a la que según Rodríguez, no tenía intención de asesinar. Las otras dos son Nicole Piacentini (35) y Casey Mahoney (27) a quienes violó luego de estrangularlas. Los asesinatos fueron cometidos por el confeso homicida entre noviembre y diciembre del año pasado.
La comunidad de Kensington, indignada por los crímenes armó patrullas propias que estaban en búsqueda de Rodríguez y amenazaron con lincharlo cuando lo encontraran para hacer justicia por sus manos.
“Le pregunté que si le gustaba asfixiarla mientras hacía sexo y ella me dijo que sí, cuando la apretaba con la mano derecha. Entonces usé la derecha, comencé a apretarle la garganta hasta que la estrangulé. Me dijo que usara las dos manos”, confesó el asesino.
“Dejó de moverse sin dejarme saber que ya no podía respirar”, añadió el homicida. Cuando se dio cuenta de que la había estrangulado, entró en pánico y corrió, pero regresó para violar el cadáver, narró en el caso de las dos primeras asesinadas.
En cuanto a Piacentini, su fuerza no cesó hasta darse cuenta de que la había estrangulado. “La solté cuando estuve seguro de que la había matado”. Declaró a que a ella no la violó a diferencia de las otras dos.
Los cadáveres de las víctimas aparecieron con semanas de diferencia. A Mahoney, relató a la policía el asesino, la golpeó varias veces, le apretó con tanta fuerza la garganta, hasta que ella no pudo moverse más y violó su cuerpo.Está acusado de tres cargos de asesinato y violación sexual y fue arrestado en enero después que la policía hiciera una conferencia de prensa sindicándolo como principal sospechoso de los asesinatos.
Además de su confesión, las pruebas de ADN lo conectan directamente con los crímenes.
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