Las aves juegan un papel esencial para conocer el nivel de vida de las personas e incluso pueden alertar de peligros que acechan, según la organización SEO/Birdlife, que con este mensaje celebra el Día Mundial de la Aves.
Este evento internacional, que se celebra este fin de semana, "está pensado para trasmitir que las aves son necesarias como indicadores de calidad de vida, como se ha venido comprobando", dijo a EFE el portavoz de SEO/Birdlife, Pedro Cáceres.
Las aves "dan la voz de alerta sobre lo que pasa en nuestro entorno, tanto en los medios urbanos como en los agrarios, porque reaccionan rápidamente a cualquier alteración de los hábitats, antes que ningún otro animal", subrayó.
La Sociedad Española de Ornitología (SEO) y la red internacional BirdLife a la que pertenece celebran en 120 países esta "fiesta de la naturaleza", para la que sólo en España se han organizado más de 500 actividades.
Dicha organización ha contabilizado 10.000 especies de aves en el mundo. Los grupos con mayor riesgo para su supervivencia son las aves tropicales, las marinas y las isleñas, grupos concretos que sufren fuertes presiones de conservación.
Las zonas tropicales son las que mayor variedad tienen de especies animales y vegetales, pero "los trópicos están muy degenerados por el hombre y en ellos se están perdiendo especies de forma acelerada", dijo Cáceres.
Las islas tienen la particularidad de crear una gran abundancia de especies autóctonas y distintas al resto, pero su tamaño las hace más sensibles a la presión medioambiental.
"Hay especies que eran propias de islas que se han perdido de forma acelerada durante los últimos siglos", añadió Cáceres.
Ejemplo de estas extinciones es la del "ostrero" canario, un ave muy particular, cuyos últimos ejemplares vivos se vieron a principios del siglo XX.
Las aves marinas también sufren un fuerte grado de amenaza debido a la urbanización de las playas y la contaminación.
En SEO/Birdlife "detectamos un cambio muy notable en la distribución de especies en España, es decir, un declive de aves comunes como tórtolas, perdices, golondrinas o gorriones, mientras que aumentan otras poblaciones denominadas generalistas", dijo Cáceres.
A las primeras les cuesta trabajo anidar en las modernas construcciones, jardines o parques de las ciudades cada vez más contaminados, y tampoco encuentran fácilmente el grano y los pequeños animales de los que se alimentaban en los campos, debido a los pesticidas y el abandono de los cultivos.
Las generalistas son menos exigentes en cuanto al hábitat y son capaces de encontrar recursos en diferentes ambientes.
Ciudades europeas como Londres y Praga se han quedado prácticamente sin gorriones, situación que ya comienza a observarse en poblaciones españolas.
"Todos los ciudadanos deberíamos sentirnos concernidos cuando vemos que los gorriones comienzan a desaparecer de las ciudades, porque eso significa que si las ciudades no son buenas para las aves, quizás tampoco lo sean para las personas", concluyó Cáceres. DE EFE
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