Riccardo Seppia, de 51 años, fue interrogado hoy por el fiscal Stefano Puppo en la cárcel de Marassi, en Génova (noroeste de Italia), la misma en la que ingresó el 13 de mayo y a cuyo médico ha revelado que es seropositivo.
Según informa hoy en su página web el diario milanés "Corriere della Sera", esta condición del párroco, que no trascendió hasta última hora a los medios italianos, ya figuraba en la penúltima página de la orden de detención del religioso, emitida por las autoridades judiciales de Milán (norte) el 12 de mayo.
Esta información, asegura el periódico, se hace necesaria para definir los hábitos "promiscuos" y de "amante de discotecas, saunas y gimnasios" de Seppia, quien en las próximas horas será trasladado a la cárcel de Sanremo (noroeste), a la sección especial para detenidos por delitos sexuales.
Sin embargo, contra el religioso, quien ha pedido el traslado de prisión por los insultos que recibe por parte de otros reclusos, no se ha formulado acusación de supuestos delitos contra la salud de las personas por las relaciones sexuales de riesgo que haya podido mantener, según "Corriere della Sera".
"A mi cliente no le acusan de entrega de estupefacientes a menores, ni se han añadido episodios de violencia sexual a menores más allá del episodio de un beso en la parroquia a un chico", afirmó hoy el abogado del cura, Paolo Bonanni, a la salida de la cárcel tras el interrogatorio.
El letrado explicó, en declaraciones que recogen los medios italianos, que su defendido niega haber cometido "violencia sexual" contra el adolescente de 16 años de su parroquia del Espíritu Santo de Génova, así como la acusación de entrega de estupefacientes, ya sea a mayores o menores de edad.
Sin embargo, Seppia ha admitido que ha mantenido relaciones con mayores de edad y en las escuchas ordenadas por las autoridades judiciales se le oye, según los medios italianos, cómo pide a los supuestos traficantes de droga con los que está en contacto que le procuren chicos "para divertirse un poco".
La noticia de la detención la confirmó el 14 de mayo el arzobispo de Génova y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI), cardenal Angelo Bagnasco, quien expresó su "dolor y desconcierto por la gravedad de lo ocurrido" y acudió a la parroquia para oficiar personalmente la misa de ese día.
Todo ello coincide con la publicación el pasado lunes por parte de la Santa Sede de una circular a todas las conferencias episcopales para abordar los abusos a menores por parte de clérigos, en la que se insiste en la cooperación con las autoridades civiles. EFE
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